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Asma y cambio climático

El asma y otras dolencias respiratorias están empeorando como consecuencia del cambio climático. Aquí detallamos las razones para que esto suceda

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El cambio climático ya está provocando variaciones sustanciales en la temperatura, el aire y la calidad del agua. Como consecuencia, la salud humana se está viendo afectada, especialmente en lo que respecta a alergias respiratorias como el asma.

En la actualidad, las enfermedades alérgicas afectan a casi el 30% de la población mundial, y su mayor crecimiento se registra en los países de ingresos bajos y medios, según escribió Marc E. Rothenberg, MD, PhD, director de la división de alergia e inmunología del Hospital Infantil de Cincinnati, en un editorial publicado en The Journal of Allergy and Clinical Immunology.

En un artículo para Nature Communications, los investigadores Yingxiao Zhang y Allison L. Steiner, del Departamento de Ciencias e Ingeniería del Clima y el Espacio de la Universidad de Michigan, afirmaron que las temperaturas más cálidas adelantan entre 10 y 40 días el inicio de las emisiones primaverales y alrededor de 5 a 15 días el de las malezas y hierbas estivales/otoñales, además de extender la duración de la estación.

Asimismo, la temperatura aumenta la emisión total anual de polen entre un 16 y un 40%.

El aumento del CO2 atmosférico puede incrementar la producción de polen, y la duplicación de la producción junto con el clima aumentará las emisiones a finales de siglo hasta un 200%.

El asma es una enfermedad crónica que provoca la inflamación e hinchazón de las vías respiratorias. Los síntomas incluyen dificultad para respirar o respiración entrecortada, resuello, tos y opresión o dolor en el pecho. Puede ser mortal.

Según la Asthma and Allergy Foundation of America, aproximadamente 25 millones de personas en Estados Unidos padecen asma. Esto equivale aproximadamente a 1 de cada 13 personas. Añaden que la carga recae de forma desproporcionada sobre las personas con bajos ingresos, los adultos mayores y los negros, hispanos e indios americanos/nativos de Alaska. Estos grupos presentan las tasas más elevadas de muertes y hospitalizaciones.

Pixabay

Las crisis asmáticas suelen ser provocadas por contaminantes y alergenos como el polen, los gases de escapes (contaminación del tráfico), la contaminación atmosférica (como la causada por los incendios forestales) y las partículas suspendidas en el aire.

Además, los individuos con asma son más susceptibles a los efectos respiratorios adversos de la exposición al ozono que las personas no asmáticas en circunstancias similares, como se afirma en el artículo “Effect of ozone on respiratory responses in subjects with asthma”, escrito por J Q Koenig y publicado en el sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina.

El cambio climático ya tiene estos efectos, especialmente en los países en vías de desarrollo, a medida que se vuelven más dependientes de los combustibles fósiles.

Todas estas informaciones nos hacen entender la urgencia de cumplir las metas del acuerdo de París y de conseguir mecanismos que reduzcan las emisiones de carbono y de gases de efecto invernadero, como la colocación de un precio al carbono.

Los datos científicos nos sirven para encontrar soluciones que permitan disminuir el sufrimiento y traer el mayor bienestar posible a la gente. Por personas afectadas, como los pacientes asmáticos, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para contribuir a contener el cambio climático.

Este artículo ha sido facilitado por la Fundación VoLo, una organización sin ánimo de lucro cuya misión es acelerar el cambio y el impacto global apoyando soluciones climáticas basadas en la ciencia, potenciando la educación y mejorando la salud.

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