Seguridad electoral y acceso al voto: los retos en las elecciones actuales
De acuerdo a expertos, la actual contienda electoral en EE. UU. presenta niveles de tensión no vistos en mucho tiempo, a la vez que una pugna entre la expansión y la restricción del acceso al voto. Corresponde a ambos partidos trabajar por mejorar las condiciones para garantizar la funcionalidad de la democracia estadounidense
Con las elecciones presidenciales a pocas semanas y la votación anticipada ya en marcha en varios estados, garantizar un proceso electoral seguro y accesible se vuelve prioritario. Expertos en derechos de voto y seguridad electoral advierten sobre un panorama desafiante. Por un lado, el aumento de amenazas y violencia política ha puesto en peligro a funcionarios y trabajadores electorales. Por otro, recientes cambios legislativos han creado un mosaico de leyes que impactan el acceso al voto de manera desigual, en ocasiones restringiendo opciones de participación para ciertos grupos.
El profesor Robert A. Pape, especialista en violencia política de la Universidad de Chicago, señaló en un reciente panel que el contexto de estas elecciones es particularmente tenso. “Nos enfrentamos a un período históricamente alto en amenazas y violencia política, comparable a lo que se vio en los años 60 o 70”, explicó.
Las amenazas hacia funcionarios electorales y líderes políticos han aumentado de forma alarmante, con varios incidentes de violencia vinculados a teorías conspirativas y la creciente polarización. Algunos incidentes recientes de violencia, como los ataques en El Paso en 2019 y en Buffalo en 2022, están motivados por la teoría conspirativa de extrema derecha conocida como “El Gran Reemplazo”, que sostiene que la población blanca está siendo reemplazada por otros grupos étnicos. Según Pape, “lo que a veces llamamos racial o étnico, en realidad está motivado políticamente”, destacando que es una preocupación de seguridad nacional.
Esta violencia se intensifica cuando se cuenta con cierto grado de aprobación pública, algo que el profesor describe como un elemento clave en la violencia política. “Cuanto más apoyo público hay, esto da un manto de legitimidad que impulsa a los posibles atacantes”, afirmó, indicando que individuos “volátiles” pueden ver en estos actos una forma de expresión aceptada. Ante este contexto, Pape propone que los gobernadores, tanto republicanos como demócratas, se unan para proteger a los trabajadores electorales, subrayando la necesidad de medidas firmes de condena a la violencia.
Restricciones en el derecho al voto
Mientras tanto, Andrew Garber, asesor del Brennan Center for Justice, ofreció un análisis detallado sobre el estado de los derechos de voto en EE. UU., indicando que las leyes de votación han cambiado de manera significativa en los últimos años. Desde el último ciclo electoral, se han promulgado 78 leyes restrictivas en 30 estados, afectando particularmente el voto por correo, que se volvió más popular durante la pandemia.
Estas restricciones han impactado de forma desproporcionada a las comunidades de color y a otros grupos vulnerables, como personas mayores y votantes de bajos ingresos. En algunos estados, como Georgia, se observaron restricciones al voto por correo justo cuando las comunidades de color empezaron a utilizar esta opción en mayor medida. “Estos cambios, aunque sutiles, pueden crear barreras significativas para muchos votantes”, destacó Garber.
Además de las restricciones en el voto por correo, también se han endurecido las leyes en torno al registro de votantes y a la administración de las elecciones locales. Según Garber, algunas legislaturas han reducido los plazos para solicitar boletas por correo, limitado los sitios de votación anticipada y restringido la ayuda que los votantes pueden recibir en los centros de votación. Estas barreras, aunque parezcan menores, crean dificultades acumulativas para muchas personas que ya enfrentan obstáculos para votar, desalentando su participación en el proceso democrático.
También hay buenas noticias
Sin embargo, no todos los cambios legislativos han restringido el acceso al voto. Al menos 41 estados han promulgado leyes para facilitar la participación, como el registro automático de votantes y la expansión del voto por correo. Estos esfuerzos tienen como objetivo hacer que el proceso electoral sea más accesible y simplificado, con estados como Nueva York y Michigan liderando políticas que fomentan una mayor participación electoral.
Algunos estados, además, han creado leyes específicas para facilitar el voto en comunidades nativas americanas, reconociendo sus desafíos particulares. Garber destacó a Nuevo México y Nevada como ejemplos de estados que han tomado medidas proactivas para reducir barreras al voto en estas comunidades.
A pesar de estos avances, Garber enfatizó que el verdadero impacto de las leyes de votación no siempre se refleja en las cifras legislativas. “Los números no cuentan toda la historia”, advirtió.
Por ejemplo, Texas ha aprobado leyes tanto restrictivas como expansivas, pero el efecto acumulativo ha sido un entorno de votación más restrictivo debido a normas como la SB1, que impone límites al voto por correo y reduce la capacidad de los funcionarios electorales locales para apoyar a los votantes que necesitan ayuda. Este caso subraya la necesidad de analizar la legislación electoral desde una perspectiva cualitativa y no solo cuantitativa.
En conclusión, las próximas elecciones en EE. UU. ocurren en un entorno marcado por la tensión y los desafíos tanto en seguridad electoral como en acceso al voto. La colaboración entre líderes de ambos partidos, junto con la transparencia en el financiamiento de campañas y la condena activa a la violencia, resultan cruciales para fomentar un entorno electoral seguro y accesible.
Estos esfuerzos no solo fortalecerán la democracia, sino que también restaurarán la confianza pública en un sistema que, ahora más que nunca, necesita de un compromiso con la justicia y la igualdad.