“Perro del Infierno” se expande en Europa y América del Norte: alerta por las subvariantes de ómicron

BQ.1 y BQ.1.1 son los nuevos sublinajes de la variante ómicron del COVID-19, los cuales están bajo el microscopio de los científicos por su rápida expansión en Europa y América del Norte. Lo más preocupante es que la prevalencia de la familia BQ.1 del coronavirus se registra justo cuando los casos y las muertes parecen están disminuyendo.

“Perro del Infierno”, como se le conoce en redes sociales a la nueva variante, tiene una capacidad muy elevada para evadir los anticuerpos, según expertos del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC).

Este nombre se refiere al perro del dios Hades, dios de los muertos y del inframundo, llamado también “Cancerbero” o “Cerbero”. Este perro de la mitología griega era el guardián de las puertas del infierno y se encargaba de evitar que los muertos se escaparan.

De acuerdo con el ECDC, más del 50% de las infecciones por COVID-19 serán provocadas por BQ.1 y BQ.1.1 a en diciembre. A principios del año 2023 podrían representar más del 80% de los casos totales.

Las oleadas anteriores de la pandemia fueron impulsadas por las variantes Alpha y Delta, las cuales nacieron de diferentes ramificaciones del coronavirus SARS-CoV-2. Pero desde la aparición de ómicron a finales de 2021, han surgido poderosas subvariantes, como BA.2 y BA.5, que han provocado olas de infección a nivel mundial.

La Organización Mundial de la Salud explicó en octubre que “hasta el momento no hay evidencia epidemiológica de que estos sublinajes tengan un riesgo sustancialmente mayor en comparación con otros sublinajes de ómicron”, no obstante, la recomendación de la agencia es monitorear las variantes.

Aún no existen datos que muestren que estos sublinajes son más riesgosos para la vida de las personas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), señalan que los síntomas de las subvariantes de ómicron, BQ.1 y BQ.1.1, al igual que los de otras variantes, son:

• Fiebre o escalofríos
• Tos, falta de aire o dificultad para respirar
• Fatiga y/o dolores musculares o corporales
• Dolor de cabeza
• Nueva pérdida del gusto o del olfato
• Congestión o secreción nasal
• Dolor de garganta
• Náuseas, vómitos, o diarrea

Fuente: Infobae