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La temporada de huracanes del Atlántico de 2025 se perfila como otro año activo, y los científicos nos lo advierten alto y claro.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), hay un 60 % de probabilidades de que la temporada sea superior a lo normal, y solo un 10 % de probabilidades de que sea más tranquila de lo habitual. Su pronóstico incluye entre 13 y 19 tormentas con nombre, entre 6 y 10 huracanes y entre 3 y 5 huracanes importantes, es decir, aquellos que alcanzan la categoría 3 o superior, con vientos de más de 111 mph. Los funcionarios de la NOAA afirman que tienen un 70 % de confianza en estas cifras, respaldadas por sistemas de pronóstico de última generación que ayudarán a salvar vidas.
Sin embargo, por muy buenos que sean nuestros pronósticos, la realidad es que las tormentas están empeorando, y el cambio climático es una de las causas principales.
En el centro de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado (CSU), los investigadores predicen una temporada aún más activa que la NOAA: 17 tormentas con nombre, 9 huracanes y 4 huracanes intensos. Su medida de la energía total de las tormentas, denominada Energía Ciclónica Acumulada (ACE), se prevé que alcance los 155, es decir, un 26 % por encima de la media a largo plazo.
Entonces, ¿qué está causando esta intensificación persistente? La ciencia es clara. Como dice la NOAA: “Las aguas más cálidas alimentan tormentas más intensas”.
Ese calor es cada vez más abundante. Los océanos están absorbiendo más del aumento de la temperatura de la Tierra, y las aguas oceánicas más cálidas proporcionan la energía que los huracanes necesitan para formarse, intensificarse y mantener su fuerza. En las últimas décadas, hemos visto cómo las tormentas se intensifican rápidamente, se vuelven más húmedas y causan daños tierra adentro, como ocurrió con los huracanes Helene y Debby el año pasado.
No es una coincidencia. Es física.
Debemos confiar en la ciencia. Durante años, los científicos climáticos han advertido que el calentamiento de los océanos y una atmósfera más caliente fortalecerán los huracanes. Las previsiones de la NOAA y la CSU, basadas en décadas de datos, confirman esa tendencia.
Y aunque los gobiernos deben seguir mejorando la respuesta a las emergencias y las infraestructuras, todos tenemos un papel que desempeñar. Si vives en una zona vulnerable, prepárate ahora: ten un plan de evacuación, almacena lo esencial y presta atención a las advertencias locales.
Pero la preparación por sí sola no es suficiente.
Necesitamos urgentemente una transición hacia energías limpias y renovables, no mañana, sino hoy. Cuanto más sigamos quemando combustibles fósiles, más sobrecargaremos los sistemas naturales del planeta, con resultados peligrosos. La próxima década determinará si las futuras temporadas de huracanes serán aún más severas.
El cambio también comienza en casa. Ahorra energía, sé ecológico, desperdicia menos y vota por líderes que se tomen en serio la acción climática. Cada acción puede parecer pequeña, pero juntas crean un cambio poderoso.
En un mundo en el que el clima se está volviendo más extremo, la respuesta más eficaz es vivir de forma sostenible, no solo para sobrevivir, sino para ayudar activamente a impulsar el cambio de mentalidad que necesitamos con urgencia.
Afrontemos la temporada de huracanes de 2025 con los ojos abiertos, guiados por la ciencia y preparados para actuar antes de que la próxima tormenta toque tierra.
Escritor y periodista venezolano residenciado en Pittsburgh, PA
Twitter: carlosroa1
Instagram: 1carlosroa
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