Mujeres asiático-americanas reclaman derecho al aborto
“El aborto es asistencia de salud y un derecho. Casi 1 de 4 mujeres estadounidenses han tenido un aborto en su vida. Nadie debe meterse en esto, más allá de una mujer y su médico”. Así lo afirma la congresista demócrata por California Judy Chu. “Es una decisión personal e íntima y es muy difícil de tomar. Lo sé porque yo fui una de esas 4 mujeres”, dice la congresista Pramila Jayapal, demócrata del estado de Washington.
Una encuesta de Gallup, realizada después de que se filtrara el borrador de una decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos sobre el derecho al aborto, revela un cambio en las actitudes del público al respecto durante el último año.
Después de una década en la que la identificación de los estadounidenses como «pro-choice» o a favor del asunto variaba estrechamente entre el 45% y el 50%, el porcentaje ha subido seis puntos hasta el 55% en la última encuesta, en comparación con la medición anterior de hace un año.
El estudio fue publicado el pasado 2 de junio en el sitio de internet de la propia encuestadora.
El Tribunal Supremo se prepara para emitir su dictamen sobre el caso Dobbs vs. Jackson’s Women’s Health Organization. La mencionada decisión de la Corte daría pie para eliminar inmediatamente los abortos legales en al menos 22 estados, al invalidar la histórica decisión del caso Roe vs. Wade, de 1973.
Al respecto, un grupo de mujeres asiático-americanas y de las islas del Pacífico convocó a una rueda de prensa, para informar que se encontraban entre las comunidades más afectadas por esta polémica.
“El aborto es asistencia de salud y un derecho. Casi 1 de 4 mujeres estadounidenses han tenido un aborto en su vida. Nadie debe meterse en esto, más allá de una mujer y su médico”. Así lo afirma la congresista demócrata por California Judy Chu.
“Es una decisión personal e íntima y es muy difícil de tomar. Lo sé porque yo fui una de esas 4 mujeres”, dice la congresista Pramila Jayapal, demócrata del estado de Washington.
Asiático-americanas y cifras
La vocera agrega que la comunidad asiático-estadounidense y de las islas del Pacífico –AAPI por sus siglas en inglés- aporta el 20% de las mujeres que buscan interrupción de embarazos en EE. UU.
Sung Yeon Choimorrow, Directora Ejecutiva del Foro Nacional de Mujeres Asiáticas y American Women’s Forum, detalla que 35% de los embarazos termina en aborto para las asiático-americanas.
“También tenemos barreras de idiomas para acceder a cuidados de salud. Un 66% de asiáticas y el 33% de mujeres del Pacífico hablan otro idioma distinto al inglés en sus hogares”, relata.
Agrega que ellas por lo general tiene ocupaciones en primera línea de trabajo, con bajos salarios y sin beneficios de salud. “Entonces, cuando van en busca de un aborto, se les criminaliza”.
También se confiesa alarmada porque 60% de los abortos son de comunidades de color. “Qué dice esto sobre nuestra sociedad? ¿Qué sienten las mujeres de color que no quieren a esos bebés?”
“Hay mucha falta de información sobre las mujeres musulmanas. El 56% están a favor de que el aborto sea legal”. Las palabras pertenecen a la islámica-estadounidense Aliza Kazmi, codirectora ejecutiva de HEART Women and Girls, una paquistaní de segunda generación en California. HEART es una organización que trabaja para eliminar la violencia contra las mujeres y a favor de sus derechos reproductivos.
Opiniones de una comunidad afectada
“Los valores religiosos de algunas personas se han vuelto la ley, cuando en nuestro país se ha luchado tanto por separar Estado y religión. La religión no tiene nada que dictar sobre los cuerpos de las mujeres. No soy fanática de usar la religión de un grupo de personas para hacer imposiciones sobre otros grupos”, dice Choimorrow.
Añade que “Este país ha fallado a las mujeres de color en salud, en bienestar económico y en general. Es un sistema roto”.
“En el Islam el cuerpo es sagrado, hay una dignidad básica relacionada con el mismo”, explica Aliza Kazmi. “En las sociedades islámicas estas decisiones se toman entre la mujer afectada y su partera. Si participa una tercera persona, es porque la mujer lo invitó”. Afirma que las personas tienen derecho a tomar decisiones con base en sus religiones.
Lamenta que a las mujeres de su comunidad que buscan estos servicios en EE. UU. se les vigile y ataque como extremistas potenciales. Denuncia que el proveedor de salud puede tener un estereotipo hacia esa paciente, porque hay falta de sensibilidad cultural.
“¿Cuál sería el daño a la mujer embarazada? ¿Cómo se afecta su salud emocional, mental física?”, pregunta. Y asegura que esos son aspectos que no se toman en cuenta.
Perspectivas
A la congresista Chu le complace que el senador Chuck Schumer haya anunciado que se volverá a tratar su Proyecto de Ley de Protección de Salud a la Mujer HR3755, que consagraría las protecciones de Roe vs. Wade y evitaría la prohibición del servicio de interrupción de embarazo a nivel estatal que suceden en estados cono Texas, Missouri, Oklahoma y otros.
“La cámara de representantes ya aprobó este proyecto de la ley en septiembre de 2021 con 218 votos a favor”, agrega Chu. Y complementa: “Es el proyecto de ley sobre este tema más votado en la historia del Congreso”.
Pero denuncia que este proyecto podría estar sujeto al filibusterismo, táctica que demoraría el debate en el senado.
Para su colega Jayapal el aborto no va a desaparecer. “Queremos un aborto seguro y legal. Las cargas las lleva la gente que no puede ir a otro estado a practicarse el procedimiento. Pondríamos vidas en peligro por darle la vuelta a un precedente legal. Sería literalmente la muerte para muchas”.
Y se pregunta: “¿Qué otras leyes se van a dar la vuelta? ¿El matrimonio igualitario? ¿Volveremos a la segregación en las escuelas? ¿No podrán casarse personas de diferentes razas?”
Remata diciendo que “Se ha podido proteger otras leyes, hay que llegar a esos 60 votos en el senado. Todas las mujeres deben tener protección a sus derechos de salud en todos los estados”.
Sung Yeon Choimorrow considera que, si se desea reducir las tasas de aborto, debería haber educación sexual basada en la ciencia y al alcance de todos, acceso a anticonceptivos y guarderías asequibles.
Aliza Kazmi concluye que “Es una decisión personal y cada quien responderá ante su Dios por esa decisión”.