La fila se extiende hasta la inmensa Plaza de San Pedro y rodea las famosas columnas de la explanada. El cuerpo de Joseph Ratzinger yace frente al altar mayor de la basílica dentro de un catafalco cubierto por una tela dorada, custodiado por dos guardias suizos vestidos de gala.

Varios cardenales y miembros de la Curia romana velan a Ratzinger, mientras su secretario privado por años, el obispo Georg Gänswein, recibe el pésame de las autoridades correspondientes

De acuerdo con Gänswein, las últimas palabras del papa emérito fueron «Señor, te amo», pronunciadas en italiano.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente de la República, Sergio Mattarella, fueron los primeros en llegar para dar el último adiós a Benedicto XVI.

El Vaticano calcula que al menos 40.000 personas han ingresado  este lunes a la basílica de San Pedro para rendir tributo a los restos del papa emérito.