Matrimonios interraciales: cómo cambian a la sociedad
La raza mixta es la categoría de más rápido de crecimiento en identidad racial. Se triplicó entre 2010 y 2020, de acuerdo al último censo
Los matrimonios interraciales e interculturales llevan años aumentando en Estados Unidos. Según el Centro PEW, alrededor del 17% de las nuevas uniones son interraciales. Muchos de estos hogares tienen hijos multirraciales y multiculturales.
El porcentaje de parejas casadas que son interraciales o interétnicas creció en todo el país de un 7,4 al 10,2 por ciento entre 2000 y 2016, de acuerdo a la Oficina del Censo.
La raza mixta es la categoría de más rápido de crecimiento en identidad racial. Se triplicó entre 2010 y 2020, de acuerdo al último censo.
Con el racismo en aumento y los desafíos a los derechos personales y de privacidad, ¿cuáles son las realidades de la vida de las parejas interraciales y sus hijos mestizos? ¿Qué dicen las investigaciones sobre la opinión pública y los prejuicios ocultos? ¿Y pueden estas familias ayudar a vencer los obstáculos a largo plazo?
Justin Gest, profesor asociado de política y gobierno en la George Mason School of Policy and Government, anticipa en su libro “Mayoría, Minoría” que las personas blancas no hispanas ya no serán la mayoría, sino una más entre las muchas minorías.
“En mis investigaciones encontré que hay muchos países que han pasado por transiciones similares y tenemos que aprender de ellos”, agrega. Piensa que la migración y el cambio demográfico desnudan las políticas polarizadas y dividen a las personas.
“Desde el 2004 y hasta el 2020 los grupos raciales diversos se hicieron demócratas y los republicanos eran blancos no hispanos. Eso no es saludable. Por eso vemos tantos debates sobre la identidad”, reflexiona.
Un camino con altas y bajas
Gest cree que “Podemos tomar decisiones desde gobiernos y estados para estructurar nuestra sociedad”. Pero agrega que los gobiernos estatales no siempre se comportan de la mejor manera. Los percibe como excluyentes, “Explotan pluralidades para poder ganar”.
Sin embargo, adelanta que no hay relación más fuerte que entre personas casadas. “El matrimonio puede traspasar las políticas divisivas en sociedades con transición demográfica”. Las relaciones interraciales entre amigos y vecinos también trascienden estas barreras.
Según sus datos, California lidera los matrimonios interraciales e interculturales en Estados Unidos. Hawai es otro estado con muchos matrimonios mixtos. “Son vanguardia en estas políticas. Cuando las uniones interraciales estaban prohibidas, Hawai fue pionero”.
Para proporcionar un marco histórico, el estudioso asegura que esto fue 20 años antes del caso Loving contra Virginia, cuya sentencia sentó jurisprudencia invalidando las leyes que prohibían el matrimonio interracial en el país. Esta sentencia data del 12 de junio de 1967.
Lamenta que nos enfoquemos en lo negativo. “Somos pesimistas. Existen estudios excelentes que son muy deprimentes. Hay estadounidenses que no quieren compartir con personas ideológicamente diferentes. Desafortunadamente, eso no es una forma de construir puentes en una nación”.
Gest recomienda el contacto intergrupos. “Cuando las personas diferentes se juntan, el pluralismo y el prejuicio disminuyen. Esta teoría está en debate, pero hay pruebas de que esto es real”.
Revela que los estudios se han centrado en personas menores de 25 años, ya que son estudiantes y, por lo tanto, asequibles a las universidades. “No sabemos mucho lo que sucede con personas mayores de 25 años, hay aún mucho estudio por hacer”.
En cuanto al temor de la posible revocatoria del matrimonio interracial, le parece “hiperbólico y poco probable”.
Las cifras dentro de las cifras
Allison Skinner Dorkenoo, profesora adjunta de Ciencias del Comportamiento y del Cerebro en la Universidad de Georgia, cita un estudio de Gallup sobre la aprobación de matrimonios interraciales entre gente negra y blanca en el país.
Esta muestra concluye que la aceptación saltó de un 4% en 1958 a un 94% en 2021. “El aumento es dramático, esto se ve muy prometedor”. Subraya que ya es algo muy común y totalmente aceptado, como lo demuestra el aumento de su presencia en medios y publicidad.
“Pero trato de ir más allá y soy un poco pesimista”, adelanta. Cita un estudio centrado en 148 estudiantes universitarios de Nebraska. Los participantes fueron consultados sobre salir con alguien de otra raza, convivir, casarse y tener un hijo.
“Muy poca gente considera que es una mala idea; pero un tercio de los consultados opinaron que, aunque está bien para otros, ellos no lo harían”.
Un estudio de Skinner & Rae, fechado en 2019 y realizado con 1.217 personas blancas a nivel nacional, indica que hay un sesgo en contra de las parejas entre blancos y negros, favoreciendo parejas monorraciales. Acota que la gente que tuvo romances interraciales es más abierta al respecto.
El mismo estudio entre personas de raza negra mostró la misma inclinación. Finalmente, el trabajo realizado entre personas multirraciales arrojó un sesgo a favor de parejas de diferentes razas.
Skinner Dorkenoo considera que en el periodo colonialista los hombres ricos bancos les beneficiaba crear divisiones para evitar uniones con personas de color. Esto formó ese lente histórico.
Complementa diciendo que quienes se apegan a estructuras jerárquicas y de roles de género más tradicionales en la sociedad, son los más inclinados a reprobar estas uniones.
Una pareja que lo logró
Sonia y Richard Kang conforman un hogar multicultural y multirracial que encapsula orígenes afroamericanos, latinos y coreanos. Tienen 4 hijos, a quienes presentan como “multiculturales”.
Sonia es hija de un afroamericano y una mexicana, nacida en Puerto Rico. “Tengo una tercera cultura con la que me identifico”. En Los Ángeles conoció a su esposo Richard, quien es coreano-americano. Define su hogar como multirracial, multicultural y multilingüe.
“Desde niña supe que yo no encajaba fácilmente. Crecí en la época de Farrah Fawcett, rubia y de ojos azules. Yo era de piel más oscura y con rulos. Mi apellido es Smith, pero vivía en un área latina”.
Richard nació en EEUU, pero no habló inglés hasta la edad escolar. Hablaba en coreano con su mamá. “Yo sabía que era diferente cuando entré a la escuela, porque fue la primera vez que hablé inglés. Vivía en un área predominantemente blanca y entendía que mi familia era distinta”.
La familia de Sonia aceptó la unión, pero enfrentaron resistencia por los familiares de Richard. “Mis padres se oponían. Creí que eso nunca sería resuelto. Sentí que tenía que elegir entre Sonia y ellos. Por momentos sentí que los había perdido”.
Estaba decidido a casarse. Sus allegados que habían vivido situaciones similares le decían que con el tiempo la aceptarían. Su padre se enfermó y sentir que tenía el tiempo limitado le ayudó a cambiar su actitud. Los nietos ayudaron a que todo cambiara para bien.
Un hogar multirracial y el futuro
Sonia explica que siempre se preguntan: “¿Cómo vamos a hacer que el mundo sea mejor para mis hijos?” Y remata: “Está cambiando, pero aún vamos a encontrar obstáculos”.
Richard comenta que a veces no los perciben como pareja, sino como dos personas que caminan juntos. “Cuando nos ven en familia, es evidente que la gente no lo entiende de entrada”.
Sonia es vicepresidente de Multicultural Families of Southern California (Familias Multiculturales del Sur de California) y propietaria de Mixed-Up Clothing, una marca de prendas de vestir para niños. “Hay algo en la ropa que trae sentido de identidad y quería dárselo a nuestros hijos”.
Considera que el desafío para los pequeños está fuera de la casa, desde el momento cuando comienzan a llenar formularios en la escuela. “Allí tienen que elegir una sola casilla, ninguna les ofrece lo que ellos son realmente. Los educadores tampoco lo entienden”.
Ambos confiesan que hablan mucho sobre cómo conformar su hogar, qué productos, libros y películas llevar a casa para preservar su identidad. “Queremos ver a quienes se ven como nosotros”.