Funcionario de Trump admite que cerrar la embajada de EE.UU. en Venezuela fue un error

Washington — En una declaración que marca un giro en la visión oficial estadounidense sobre su política hacia Venezuela, el exenviado especial del Departamento de Estado para América Latina, Mauricio Claver-Carone, reconoció que el cierre de la embajada de Estados Unidos en Caracas en 2019 fue un grave error diplomático.

Durante su participación en un panel organizado por la firma financiera J.P. Morgan en Washington, Claver-Carone expresó abiertamente: “Lo peor que hicimos fue cerrar la embajada. Perdimos nuestra presencia en el país, y desde Bogotá es muy difícil mantener relaciones de alto nivel”.

La embajada fue clausurada como parte de la estrategia de presión internacional contra el gobierno de Nicolás Maduro, en respaldo al entonces presidente interino reconocido por EE.UU., Juan Guaidó. No obstante, seis años después, Claver-Carone admite que esta medida debilitó la capacidad de influencia estadounidense dentro del país.

“Nos portamos bien” y el fracaso del gobierno interino

El exfuncionario repasó también los primeros meses del segundo mandato de Donald Trump, asegurando que existió un genuino compromiso con la causa venezolana. “Lo intentamos, nos portamos bien”, dijo, refiriéndose a los esfuerzos diplomáticos y la presión internacional para promover una transición política.

Sin embargo, Claver-Carone fue tajante al declarar que “los gobiernos en el exilio no funcionan”, en una aparente crítica al proyecto liderado por Juan Guaidó, al que ahora considera parte de una etapa superada.

En su intervención, Claver-Carone también se refirió al programa de vuelos humanitarios «que ha permitido el retorno de más de 5.000 migrantes venezolanos desde Estados Unidos». Reconoció que en sus inicios, el gobierno de Maduro obstaculizó la operación con maniobras logísticas y tensiones innecesarias. Sin embargo, destacó que actualmente los vuelos se realizan de forma regular —hasta tres veces por semana— y algunos aterrizan directamente en Caracas, a pesar de la suspensión de licencias petroleras a empresas estadounidenses.

Nuevo panorama geopolítico

Sobre el contexto actual, el diplomático destacó que el escenario internacional ha cambiado a favor de los intereses estadounidenses. Según dijo, aliados tradicionales del régimen de Maduro como Rusia, China e Irán “ya no tienen la misma capacidad de respaldo que en 2019”. También se refirió al presidente electo Edmundo González Urrutia, señalando que su equipo ha operado con menos infraestructura que la que tuvo el extinto gobierno interino.

Mirada al futuro

Claver-Carone insistió en que la política de Estados Unidos hacia Venezuela debe enfocarse en apoyar solo a un gobierno electo democráticamente. A su juicio, es momento de adoptar una estrategia más realista y proactiva, reconociendo que “Maduro controla el poder y la seguridad en Venezuela”, y que las condiciones que imperaban en 2019 ya no existen.