Alerta con los fraudes al comprar un automóvil
Son numerosos los concesionarios que cambian el precio final tras seducir al potencial cliente. También añaden tarifas basura y complementos innecesarios a la negociación. Una nueva ley busca proteger a los consumidores de estos costosos engaños
La idea de adquirir un automóvil o camioneta nuevos puede ser estresante y estimulante a la vez. Pero si el concesionario incurre en prácticas deshonestas, el proceso puede ser tan estresante como un atasco en el trayecto matutino al trabajo.
La norma CARS (Combating Auto Retail Scams) de la Federal Trade Comission o Comisión Federal de Comercio anunciada recientemente, exige transparencia en el proceso de compra de un vehículo. Entrará en vigencia a finales de 2024.
Además, supondrá un importante ahorro, estimado en 3.400 millones de dólares al año, para las personas que compran un vehículo nuevo. Y se calcula que ahorrará a los consumidores 72 millones de horas al año.
De hecho, la norma CARS incluye disposiciones clave sobre precios, productos y servicios añadidos y consentimiento del comprador.
Voceros de la FTC convocaron a un encuentro con la prensa, donde explicaron los beneficios de esta iniciativa.
¿Por qué se centra la FTC en los vehículos? Se trata de una de las compras más caras que realiza un consumidor. Para muchos consumidores, la adquisición de un coche es la segunda compra más importante después de la de una vivienda.
Tener un carro, además de ser caro, también es esencial. La gente depende de él para ir al trabajo, al colegio, a la consulta del médico, al supermercado, a las visitas médicas y a otras tareas relevantes de su vida diaria.
Son cada vez más costosos. El precio medio de uno nuevo el año pasado fue de 46.000 dólares. Para uno usado, era de 30.000. En el segundo trimestre de este año, la cuota mensual media de los coches nuevos alcanzó los 741 dólares y la de los usados, 533 dólares al mes.
Dados estos costos, muchos consumidores financian sus compras de automóviles. Y la financiación de automóviles es, de hecho, la tercera fuente de endeudamiento de los consumidores de Estados Unidos.
Además del gasto y la importancia, el proceso de compra o arrendamiento de un vehículo suele ser largo y complicado. La FTC ha recibido muchas quejas sobre este proceso. Por cada queja que reciben, hay muchos más consumidores cuyas voces no son escuchadas.
Combatiendo la mentira
Malini Mithal, Directora Asociada, División de Prácticas Financieras, Comisión Federal de Comercio, dice que «La norma CARS se centra en dos prácticas muy perjudiciales que hemos visto experimentar a los consumidores. En primer lugar, las tácticas de ‘cebo y cambio’. Es cuando los concesionarios anuncian un determinado término, como un precio bajo para que vengas al lote. Pero luego te das cuenta de que el coche es mucho más caro de lo que anunciaban».
La segunda estafa que la norma pretende combatir son las comisiones basura.
Los contratos de compraventa de autos son largos, complicados, es una transacción larga. Por desgracia, puede ser fácil ocultar en esos contratos cargos por cosas que el vendedor y el consumidor nunca han hablado, y que el consumidor realmente no quiere.
«Los vendedores no pueden mentir», sentencia la vocera. Por tanto, nada de ocultar información clave, como gastos, condiciones de financiación, complementos, descuentos, etc.
«Se debe decir a los consumidores el precio de oferta, es decir, el precio real por el que cualquiera puede comprar el coche. También tienen que decir a los consumidores que no tienen que pagar por elementos adicionales a ese precio, como contratos de servicio», complementa Mithal.
Además, si hablan de pagos mensuales, que pueden parecer muy pequeños, tienen que indicar a los consumidores el total que pagarán.
«Por ejemplo, si dicen que el pago mensual es de solo 200 dólares, pero suponen que el contrato dura 10 años, tienen que decirte el precio total de ese pago», ejemplifica.
En tercer lugar, nada de comisiones basura. «No pueden cobrar por elementos que no aportan ningún beneficio al consumidor, como la duplicación de garantías. Tú ya tienes una garantía en el coche, pero intentan venderte otra garantía que no te da ninguna cobertura extra», de acuerdo a la experta.
Otro ejemplo es que el concesionario intente vender productos o servicios incompatibles con el coche.
En cuarto lugar, los vendedores solo pueden cobrar por artículos si los consumidores saben a qué se debe el cargo y aceptan pagarlo.
«Así que se acabó el ocultar cargos y contratos», finaliza Mithal.
Comisiones basura
Jamie D. Brooks, Abogado de la División de Prácticas Financieras en la Comisión Federal de Comercio, explica que la publicidad engañosa se produce cuando los concesionarios anuncian un precio para atraer a los consumidores, pero luego les cobran mucho más tras invertir su tiempo viajando al lugar.
La FDC ha emprendido numerosas acciones contra publicidad engañosa, incluido el «bait and switch» o cambio de condiciones a mitad de la negociación.
“Han acusado a concesionarios de hacer declaraciones falsas sobre el precio de un vehículo, o el pago mensual», relata el vocero.
Estas tácticas engañosas causan graves perjuicios a los consumidores. Pierden mucho tiempo y dinero buscando opciones y puede que no descubran el engaño o el precio real del coche hasta después de haber pasado horas viajando hasta el sitio.
También perjudican a los vendedores honrados, que deben competir con precios falsos.
«La norma combate el engaño prohibiendo las declaraciones falsas. Esto significa que los ofertantes no pueden mentir sobre información clave como el precio del vehículo o la cuota mensual», detalla Brooks.
Es decir, los concesionarios no pueden mentir sobre información clave como el precio y las condiciones de financiación.
En segundo lugar, los vendedores deben informar a los consumidores del llamado “precio de oferta”, que es el precio real a pagar por el coche. Este puede ser distinto –y mayor- al publicitado, como una táctica para atraer clientes bajo engaño.
Además, «Si un vendedor se anuncia o negocia en un idioma, toda la información debe estar en ese mismo idioma», subraya. Esto significa que si la negociación se ha hecho en español, no pueden aparecer en el camino cláusulas en inglés sin traducir.
Las trampas del papeleo
Sanya Shahrasbi, Abogada de la División de Prácticas Financieras en la Comisión Federal de Comercio, confiesa que «Nos preocupaba que la gente estuviera pagando comisiones basura. Y esto incluye elementos adicionales que no proporcionan ningún beneficio o que los consumidores no conocen o no quieren».
Se refieren a elementos adicionales que pueden incluir garantías ampliadas o protección de activos, también llamados acuerdos gap; recubrimientos exteriores e interiores que supuestamente protegen el vehículo, y muchos más.
«Los complementos individuales pueden costar a los consumidores miles de dólares y aumentar significativamente el total de la transacción», explica.
Sólo en los dos últimos años, los concesionarios han aumentado considerablemente los precios de estos complementos.
Un problema importante para la protección de los consumidores es que pagan por los complementos sin conocerlos ni aceptarlos expresamente.
El largo papeleo que conlleva el proceso de compra de un vehículo puede dificultar que ellos detecten estos recargos, sobre todo cuando los precios o las condiciones de pago anunciados no los mencionan en absoluto los recargos.
En una reciente acción de aplicación de la ley de la FTC, los consumidores que visitaron un concesionario tuvieron que rellenar un montón de papeles de más de 60 páginas que requerían más de una docena de firmas.
«Estás tan cansado, tan agotado, que no quieres estar allí, y se aprovechan de ello», denuncia.
Este tipo de conducta suele dirigirse a consumidores afroamericanos, latinos y nativos americanos.
Un vendedor expresó que «ninguno de los que trabajamos aquí en ventas nos beneficiamos de estas prácticas» Los vendedores temen enfrentar a sus empleadores respecto a estos abusos. Y los concesionarios nunca pierden.
«La nueva norma de los coches prohíbe conductas muy específicas y significa que nos resultará más fácil devolver el dinero a los consumidores. Entrará en vigor a mediados del año que viene, pero estas prácticas ya son ilegales. Los vendedores ya no deberían mentir sobre el precio», finaliza.