En un páramo en Colombia, las cenizas de víctimas de COVID dan vida a nuevos árboles
En Colombia, según datos del Instituto Nacional de Salud, el COVID-19 ha cobrado la vida de 142.652 personas
Las cenizas de miles de víctimas de COVID-19 en Colombia ahora reposan sobre la Reserva Natural El Pajonal del páramo de Guerrero, en Cogua, Cundinamarca, en el centro del país, a unos 70 kilómetros de Bogotá.
Hay que caminar 15 minutos para llegar a la montaña donde descansan las cenizas de quienes perdieron la vida por causa del coronavirus. El camposanto se encuentra a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, aproximadamente unos 1.148 pies de altura.
Los familiares de los fallecidos caminan hasta allí para cavar un hueco donde dejan las cenizas de sus seres queridos y luego plantan un árbol de una de cuatro especies nativas —rodamonte, aliso, arrayán y laurel de cera— con el que le dan vida a este páramo devastado por años de explotación desenfrenada del suelo.
“Nos deja como esa esperanza de que él sigue con nosotros”, le dijo a la Voz de América Sandra Patricia Rojas, quien llegó hasta el lugar acompañada de sus hermanos, sobrinos y nietos a depositar las cenizas de su difunto padre, Tomás Rojas Rojas, de 75 años.
“Mi padre ya no va a estar en cuerpo físico, pero aquí donde lo dejamos en el páramo de Guerrero lo vamos a ver reflejado por siempre en este árbol, como un ángel más que nos acompañará por siempre”, agregó.
Desde hace ocho años, cuando esta reserva natural empezó a reforestarse, en el lugar se han plantado unos 16.000 árboles, de los cuales más de 2.000 están sobre cenizas de víctimas de la pandemia.
“Es el páramo más intervenido del mundo, está intervenido por cultivos de papa, pastizales y minería, sobre todo a cielo abierto, y minería de carbón subterránea. La idea, o los cálculos que teníamos, es que aproximadamente le caben a la reserva 320.000 árboles, pero no queremos parar ahí, queremos seguir plantando árboles”, dijo a la VOA Margarita Ballesteros, directora de la ONG Colombia Reserva de Vida, que está a cargo de la recuperación del lugar.
Cada árbol está acompañado de una placa blanca donde las familias honran a sus familiares con un mensaje en la naciente vegetación que poco a poco empieza a reclamar su lugar.
En Colombia, según datos del Instituto Nacional de Salud, el COVID-19 ha cobrado la vida de 142.652 personas.