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Un año de parole humanitario otorgado por EEUU: entre alegrías y frustraciones

A casi un año de la extensión del parole humanitario, unos 269.744 venezolanos, nicaragüenses, cubanos y haitianos han llegado a EEUU para vivir y trabajar legalmente en el país, dentro del programa. Sueño cumplido para unos, mientras otros aguardan con incertidumbre.

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Cuando la pantalla le anunció «Usted ha sido aprobado», a Carlos González le pareció mentira. «Tuve que volver a mirar. Ahí seguía y entonces me dije: es verdad, ¡me llegó el parole!», dijo el cubano a la Voz de América desde Tampa, a donde llegó con su familia en octubre gracias al programa que ha traído a EEUU casi 270.000 nacionales de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití.

«Nos parecía un sueño, después de estar meses esperando», dijo el joven economista, que aplicó junto a su esposa y dos hijos pequeños al parole humanitario el pasado de enero. «Al fin podré darle una vida digna a mis niños… y empezar a vivir, de verdad, no sólo sobrevivir», agregó.

Según González, su corazón «estuvo en un hilo» por los casi 10 meses que esperaron por la resolución de su caso desde que su suegro patrocinó el proceso de la joven familia.

«Pensábamos que se habían olvidado de nosotros», afirmó el cubano nacido en La Habana, donde junto a su esposa Mayelín Alarriba, especialista en ventas, apenas llegaban a fin de mes con los sueldos que recibían del Estado cubano, afirman.

González y su esposa, fueron beneficiados con el programa de parole humanitario que surgió en octubre de 2022, primero sólo para venezolanos, con el objetivo de controlar la crisis migratoria en la frontera sur de Estados Unidos. El 5 de enero de 2023, el presidente de EEUU, Joe Biden, anunció su ampliación a ciudadanos de Nicaragua, Cuba y Haití como una vía «segura y legal» de llegar al país, combinada con la prohibición de entrada irregular por las fronteras.

Los venezolanos, nicaragüenses, haitianos y cubanos eran las nacionalidades más representadas en las cifras de encuentros en la frontera, que entonces registraban números récord.

En ese momento, se anunció que todos los aspirantes al programa debían tener un patrocinador económico en EEUU, estar en sus países de origen y comenzar el proceso a través de la aplicación móvil. Al mes se concederían hasta 30.000 permisos al mes para ser repartidos entre las cuatro nacionalidades.

«Los niños están yendo a la escuela y nosotros esperando el permiso de trabajo. Lo que queremos es trabajar y echar para ‘alante'», asegura González, que se asentó en la zona de Tampa, en la Florida, donde espera «levantar cabeza» en los próximos años.

 

Una vía segura pero demorada

Esta familia cubana se considera «afortunada» después de haber llegado a EEUU a través del beneficio migratorio que concede el parole humanitario. Miles de solicitudes permanecen en el limbo, algunas hace casi un año. «Todavía queda mucha gente sin saber qué será de ellos», reconoce el joven cubano.

Hasta finales de octubre de este año, unos 269.744 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos habían llegado legalmente a EEUU con parole humanitario.

Los haitianos son la nacionalidad con mayor número de beneficiados del programa, con 99.110 personas. El resto corresponde a 55,568 cubanos, 43,267 nicaragüenses y 71,801 venezolanos, según registros de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU hasta el mes de octubre (CBP, en inglés).

Al entusiasmo inicial de poder emigrar con permiso temporal de trabajo por dos años, le siguió la incertidumbre por las demoras en el procesamiento de las solicitudes, que han probado ser impredecibles. «No sabes si te va a tocar rápido, o te vas a demorar meses», aseguró a la VOA Elina, una ingeniera cubana que prefirió no compartir su apellido.

El padre de Elina completó la solicitud para que su hija emigrara a EEUU el 18 de enero y hasta ahora no han recibido «ni siquiera la confirmación de que fue recibida», se queja la profesional de 26 años. «Es triste porque tengo miedo que de pronto todo se acabe. Sé que hay un juicio que quiere eliminar el parole», dijo, en referencia a una demanda que busca detener el programa en las cortes estadounidenses.

«Lo que se está experimentando muchísimo es la frustración y las demoras que está ocurriendo desde que comenzó. Al principio, yo diría de enero hasta febrero, vimos un poco de que estaban agilizando los casos, que más personas estaban entrando», explicó a la VOA la abogada de Inmigración, Rosaly Chaviano.

En este momento, casi parece que «está parado el programa, pero a la vez no lo está, obviamente, porque vemos que siguen entrando personas», advirtió la fundadora del bufete Chaviano Law Firm, en Miami, Florida, donde atiende decenas de casos de migrantes y sus familias.

 

Un sueño cumplido para unos, frustrado para otros

Carlos Zambrano y su hermana, residentes del estado venezolano Táchira, solicitaron al parole humanitario a poco tiempo de que se hiciera disponible para personas de Venezuela. Cerca de 400 días después, no han tenido respuesta.

«Hemos visto muchísimos casos que han salido de octubre, hasta noviembre de este mismo año que están siendo aprobados… No hay como una información pública que le permita a uno saber si están saliendo los casos o no», dijo a la VOA el venezolano de 21 años.

Uno de estos casos fue Alexis García, un nicaragüense de 45 años que llegó a Miami el pasado noviembre. Su hija María finalmente pudo solicitar el parole en nombre de su padre en octubre, tras declarar impuestos por primera vez en EEUU. García reunió con su hija y su esposa poco más de un mes después del inicio del proceso. «Es casi un milagro. Yo digo que la Virgen fue la que me ayudó a pasar estas Navidades con mi familia», aseguró en conversación telefónica con la VOA .

Mientras, Zambrano y su hermana todavía buscan el reencuentro con su mamá, quien vive hace más de dos años en la Florida.

«Nosotros nos queremos ir porque aquí se está viviendo una situación terrible en lo que son las necesidades básicas… aquí es muy difícil progresar… sí se siente uno decepcionado», apuntó. «No me gusta que sea un sistema de lotería porque es injusto. Hay gente que está aplicando ahorita este día y que salen aprobados este día, mientras hay una gente que lleva esperando desde enero», agregó.

Puede leer la nota completa aquí en VoA Noticias

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