Países olvidados
¿Hasta dónde llegará la atención a coyunturas como la de Ucrania y Venezuela? ¿Terminarán olvidadas como Yemen? Por el bien de la dignidad, esperemos que no
Existen naciones que parecen estar condenadas a quedar en el olvido. Remotas menciones en la prensa, escuetos pronunciamientos de organismos multilaterales y tímidas reacciones de sus vecinos -tal vez más por necesidad que por principios- son elementos recurrentes de una realidad a la que quedaron atadas cuando el caos y la descomposición se apoderaron de ellas.
Aunque siguen apareciendo en los mapas e incluso tienen representación en ciertos organismos, no son más que un remedo de Estado, aunque la expresión sea dura.
La característica de quienes comparten ese tétrico panorama pareciera repetirse inexorablemente. Regímenes autoritarios que despiertan inquietudes en la comunidad internacional, pero que poco se hace para promover cambios democráticos. Cuando el caos irrumpe y el conflicto se exacerba, ya es tarde para que pueda remediarse la situación, pues la anarquía se apodera de todo, entrando en escena actores que tienen intereses de tomar territorio, incidir en la administración o colocar estructuras de control.
Al principio los medios de comunicación traerán en sus ediciones notas de lo que acontece. Algunos enviarán corresponsales para transmitir desde el lugar de los acontecimientos, pero paulatinamente sustituirán la presencia por insumos de agencias que cada día se tornarán repetitivos y generales. Los mismos estarán acompañados de pronunciamientos y enérgicos exhortos que al poco tiempo se olvidarán, siendo superados por otras realidades.
Así empezaron Somalia, Libia, Sudán y Siria, por mencionar algunos países, que dejaron de ser tendencia en las redes sociales y no son más que curiosos ejemplos en los que el drama se apodera de lo cotidiano, los migrantes deambulan como seres sin esencia por distintos parajes, el hambre remacha una vida de incertidumbre y los barones de la guerra y el mercado negro se tornan en la característica más relevante del día a día.
Ahora le tocó el turno a Yemen, una olvidada nación que es noticia porque su territorio es escenario de la pugna entre distintas potencias regionales y desde allí se organizan ataques contra instalaciones petroleras de Arabia Saudí.
Ese país sin ley sirve tal vez para reflexionar sobre lo efímera que es la atención que se presta a los casos dramáticos. A veces los asuntos se usan para fomentar posiciones electorales que luego se dejan de lado.
¿Hasta dónde llegará la atención a coyunturas como la de Ucrania y Venezuela? ¿Terminarán olvidadas como Yemen? Por el bien de la dignidad, esperemos que no.
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@luisdalvarezva