Honduras pierde áreas naturales protegidas ante avance del narcotráfico
El santuario de vida silvestre más grande de Centroamérica se ha convertido en espacio para actividades del narcotráfico
Las 74 áreas naturales protegidas de Honduras pierden cada año miles de hectáreas ante la toma ilegal de tierras, tala de bosques, asentamientos humanos, cría de ganado y construcción de pistas de aterrizaje para narcoavionetas que hacen escala en su ruta hacia México y Estados Unidos.
La Biosfera del Río Plátano, ubicada en la región de la Mosquitia hondureña, cerca de la frontera atlántica con Nicaragua, es considerada hasta ahora el epicentro de las operaciones del narcotráfico, con más de 200 pistas clandestinas descubiertas entre 2012 y 2021, según registros de las autoridades de Honduras.
A la narcoactividad se atribuye también la construcción de una carretera ilegal de 100 kilómetros tierra adentro en la reserva forestal, declarada en 1982 Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La reserva se consignó para el uso sostenible de las comunidades nativas, conformadas en su mayoría por la etnia de los miskitos.
El Instituto de Conservación Forestal, Áreas Protegidas y Vide Silvestre (ICF), la instancia gubernamental hondureña encargada de proteger los parques nacionales, ha registrado hasta el año pasado la disminución de 87.746 hectáreas de bosque ante las actividades ilegales.