El idioma, un obstáculo para acceder a la salud
Las personas con dominio limitado del inglés en Estados Unidos, tienen menores tasas de acceso a medicina preventiva, así como mayor cantidad de complicaciones tras procedimientos quirúrgicos
Más de 14 millones de personas en Estados Unidos carecen de conocimientos básicos de inglés. Más de 25 millones afirman hablarlo menos que muy bien, según datos del censo estadounidense. Las barreras lingüísticas se han asociado a un acceso limitado a la atención sanitaria y a peores resultados en ese campo.
Los pacientes que no hablan inglés suelen recibir menos atención preventiva que los de habla inglesa y tienen más dificultades para acceder a servicios de salud.
Dado que se prevé que el número de pacientes de habla no inglesa aumente en los Estados Unidos, resulta crucial desarrollar soluciones innovadoras para facilitar la comunicación entre médicos y pacientes.
Las personas con conocimientos limitados de inglés se enfrentan a disparidades sanitarias exacerbadas debido a factores como un acceso inadecuado a los servicios de traducción, menos educación sanitaria, peor atención interpersonal y menor satisfacción del paciente. Estos problemas aumentan los costes sanitarios y retrasan o impiden el diagnóstico de enfermedades.
A través de los últimos datos más recientes sobre la atención sanitaria de los pacientes que no hablan inglés, se pueden identificar los obstáculos subyacentes que dificultan el acceso a la atención sanitaria, así como explorar posibles soluciones para eliminar las barreras y mejorar sus resultados sanitarios.
Dado que se prevé que el número de estos pacientes aumente en Estados Unidos, resulta esencial encontrar soluciones innovadoras para facilitar la comunicación entre médicos y pacientes.
Los problemas se incrementan
“Los traductores de pacientes no sólo necesitan conocimientos lingüísticos, sino también formación para trabajar en entornos sanitarios”. Así se expresa la doctora Latha Palaniappan, cofundadora de Stanford CARE. Además, alerta que la demografía de la población estadounidense ha cambiado drásticamente en las últimas décadas.
Cita que, de 1980 a 2019, el número de personas en EE.UU. que hablaban una lengua distinta del inglés en casa casi se triplicó, según la Oficina del Censo. Y agrega que 67 millones de personas hablan un idioma distinto del inglés en casa.
“Los pacientes cuyos proveedores no hablan su idioma dicen recibir menos educación sanitaria, peor atención y menor satisfacción”, lamenta.
Revela que la duración de la estadía, si no se recurre a un intérprete en el momento del ingreso o del alta hospitalaria, aumenta en tres días. “Hay más infecciones, caídas, lesiones, retrasos en la cirugía y problemas con la gestión de la medicación”.
La doctora Palaniappan recuerda que los servicios de interpretación cualificados, que son obligatorios para el gobierno en virtud de la Sección 1557 de la Ley de Asistencia Asequible (ACA, por sus siglas en inglés).
Cargos no reembolsables
La doctora Elena V. Ríos, Presidenta y Directora General, Asociación Médica Nacional Hispana, que agrupa a 50 mil médicos hispanos en Estados Unidos, dice que “La mayoría de la gente no va al médico porque no puede pagarlo y no tiene seguro”. Por ello recomienda, en primer término, más prevención continua.
Refiere, además, que sólo 15 estados tienen reembolso de servicios lingüísticos a través de Medicaid. Los proveedores suelen recurrir a intérpretes informales, como amigos o familiares, pero eso suele estar prohibido salvo en casos de emergencia.
Considera que hay una necesidad de reembolso en todos los niveles, pero especialmente en las comunidades de menores recursos, que no tienen los mejores trabajos o no tienen ingresos más altos. Y afirma que los servicios lingüísticos podrían mejorar si existieran más médicos o enfermeras de países que hablen los idiomas que se necesitan.
Además, llama a cambiar el sistema. “Tenemos que reembolsar los servicios lingüísticos”.
Menos inglés, menos atención médica
La doctora Ingrid J. Hall de la División de Prevención y Control del Cáncer, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, confirma lo anterior, basada en números de un estudio que cita: el grupo de control, blancos no hispanos, tenía el porcentaje más alto (84%) de asistencia sanitaria regular. El grupo que se sentía cómodo con el inglés (78%) ocupaba el segundo lugar. Sólo el 69% de los hispanos que se sentían poco cómodos hablando inglés tenían un proveedor habitual.
Vale destacar que, en lo que respecta a servicios preventivos, son más las personas con un nivel de inglés bajo o nulo que no se han tomado la tensión o no se han revisado el colesterol en los últimos dos años, no se han vacunado contra la gripe ni se han hecho un chequeo médico o han ido al dentista en el último año.
Subraya que las pruebas de detección periódicas y el diagnóstico precoz pueden reducir las enfermedades y muertes por cáncer de mama o de cuello uterino, “especialmente en mujeres mayores de 50 años, que representan más del 75% de estos cánceres”.
Y recomienda especialmente abordar las barreras a la atención, como la discriminación y los prejuicios.
Celebra la telemedicina como una solución para mejorar el acceso a la atención sanitaria de los pacientes que no hablan inglés, así como la de quienes viven en zonas rurales o remotas. “Los médicos pueden comunicarse con los pacientes en tiempo real, independientemente de su ubicación o idioma”.
Considera que estamos ante el potencial de revolucionar el acceso a la atención sanitaria de los pacientes que no hablan inglés, especialmente en comunidades desatendidas.
Para ella, mejorar los conocimientos y superar los obstáculos a la atención sanitaria requiere un enfoque múltiple, que incluya educación, abordad las disparidades en los seguros y otros obstáculos sociales para acceder adecuadamente a la salud.
“Animamos a nuestros socios estatales a asociarse con organizaciones de base comunitaria, que van a llegar a las poblaciones que queremos alcanzar», aconsejó.