Diócesis Católica de Oakland se declara en bancarrota tras enfrentar más de 300 demandas por abuso sexual

La Diócesis Católica de Oakland se declaró en bancarrota después de recibir más de 330 demandas legales por abuso sexual, dijo el obispo Michael C. Barber en una carta a la comunidad parroquial.

En un comunicado, el obispo católico romano de Oakland anunció la presentación de una petición voluntaria de alivio de bancarrota bajo el Capítulo 11 del Código de Bancarrota de EEUU.

La presentación es necesaria a la luz de las demandas que alegan abuso sexual infantil hecha contra RCBO en virtud de un estatuto reciente de California que permitió que se presentaran reclamos de décadas de antigüedad que, de otro modo, habían prescrito y expirado.

Funcionará con «normalidad»

Todas las escuelas católicas que operan en la diócesis son parte de entidades legales separadas y, por lo tanto, no están incluidas en la presentación. Seguirán funcionando con normalidad. La misión y los ministerios de RCBO también continuarán durante el proceso de reestructuración y más allá. A los empleados se les pagará como de costumbre y sus programas de beneficios continuarán sin interrupciones. A los proveedores se les pagará por todos los bienes y servicios entregados después de la presentación.

RCBO continuará sirviendo a los 550,000 católicos en East Bay y llevará a cabo sus muchas obras de misericordia a través de sus parroquias y centros pastorales.

“La mayoría de los reclamos presentados bajo el estatuto de California más reciente provienen de denuncias de abuso sexual que ocurrieron en las décadas de 1960, 1970 y 1980 por parte de sacerdotes que ya no están activos en el ministerio y/o fallecieron”.

El Capítulo 11

El Capítulo 11 es un proceso transparente supervisado por el tribunal que permite la evaluación de los méritos de cada reclamo y da a los demandantes voz en el resultado y visibilidad de los procedimientos y las finanzas de RCBO.

Con la presentación del Capítulo 11, se detendrán las acciones legales contra RCBO, lo que le permitirá a RCBO desarrollar un plan de reorganización, basado en los activos y la cobertura de seguro disponibles para ser utilizados para resolver reclamos con sobrevivientes de abuso.

“Después de una cuidadosa consideración de las diversas alternativas para brindar una compensación justa a las personas inocentes que sufrieron daños, creemos que este proceso es la mejor manera de garantizar un resultado justo y equitativo para los sobrevivientes. También permitirá que RCBO estabilice sus finanzas y continúe la sagrada misión que Cristo y la Iglesia nos han encomendado”, dijo el obispo Michael C. Barber, SJ.

“Dados nuestros recursos financieros actuales, RCBO no podría asumir la carga de litigar 330 casos presentados bajo el reciente Proyecto de Ley 218 de la Asamblea de California”.

Horribles pecados

“Es importante que asumamos la responsabilidad por el daño causado para que todos podamos superar este momento y brindarles a los sobrevivientes algo de paz”, dijo. “Lamentablemente, para muchos, el dolor causado por estos horribles pecados, sin importar cuándo ocurrieron, nunca desaparecerá, por lo que ofrecemos apoyo a los sobrevivientes y oramos por su curación continua”.

Por su parte, la Red de Sobrevivientes de los Abusados por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) manifestó en un comunicado que la declaración de bancarrota de la diócesis “es un intento de negar la justicia y la transparencia” y está tratando de retener “dinero y secretos”.

Recalcó que “la Diócesis de Oakland seguramente está moralmente en bancarrota, nos parece, pero no merece ser declarada financieramente en bancarrota”, dice el comunicado.

Aseguró que “todavía están todos en libertad”, por lo que los sobrevivientes de abusos del clero piden suspensiones, publicación de nombres después de artículos de investigación

De hecho, se reunieron el lunes frente a las oficinas de la Arquidiócesis de Baltimore para exigir que los líderes de la iglesia revelen los nombres de todos los clérigos acusados y suspendan a los sacerdotes de alto rango que manejaron las denuncias de abuso.

Piden renuncias

David Lorenz y otros miembros del capítulo de Maryland de Survivors Network of the Abused by Priests también pidieron al arzobispo de Baltimore William Lori que renuncie y que los feligreses presionen por cambios en la iglesia, incluido un nuevo liderazgo.

El grupo realizó la conferencia de prensa en respuesta a artículos de investigación publicados la semana pasada en The Baltimore Sun y The Baltimore Banner que identificaron a funcionarios de la iglesia y acusaron a sacerdotes cuyos nombres fueron eliminados del informe del fiscal general sobre abuso sexual infantil dentro de la Arquidiócesis de Baltimore.

Lorenz nombró a los tres abusadores y cinco funcionarios cuyos nombres han sido desenmascarados. El reverendo Samuel Lupico, el reverendo Joseph O’Meara y el reverendo John Peter Krzyanski son los tres sacerdotes cuyos nombres se hicieron públicos en una historia de Banner.

“Todavía están todos prófugos. Ellos están ahí fuera. Y ahora que conocemos esos nombres, los niños ya no están en peligro, en tanto peligro”. Lorenz dijo.

Pero los nombres de siete sacerdotes aún permanecen redactados, y los sobrevivientes pidieron a la arquidiócesis que diera a conocer esos nombres.

“Podrían estar en las escuelas o colocados junto a las escuelas o los patios de recreo, y nadie se da cuenta de que se trata de personas abusivas”, dijo. “Son capaces de publicar esos nombres. Podrían haber publicado esos nombres hace años”.

¡158 sacerdotes!

Uno de los funcionarios de la iglesia, Monseñor Richard Woy, renunció el viernes a la Junta Directiva del Centro Médico St. Joseph de la Universidad de Maryland. La junta había buscado previamente eliminar a Woy luego del documental de Netflix «The Keepers», pero el arzobispo de Baltimore, William Lori, la bloqueó, según un artículo en The Sun.

El informe del gran jurado de 456 páginas se publicó el mes pasado y detalla décadas de abusos y encubrimientos dentro de la iglesia católica. El informe identifica a 158 sacerdotes, la mayoría de ellos ya conocidos, dentro de la arquidiócesis acusados de “abuso sexual” y “tortura física” de más de 600 víctimas en los últimos 80 años.

Del informe están borrados los nombres de cinco funcionarios de la iglesia que manejaron las denuncias de abuso, así como de 10 miembros del clero que se presume vivos y que no se sabe que hayan sido acusados. Sus nombres fueron redactados por razones de procedimiento; la investigación se llevó a cabo a través de un gran jurado, que es confidencial según la ley estatal.

Quieren los nombres

El fiscal general Anthony Brown ha dicho que su oficina volverá a la corte y pedirá que se publiquen todos los nombres.

El juez de circuito de Baltimore, Robert Taylor Jr., selló los procedimientos y los argumentos sobre las redacciones continuarán a puerta cerrada.

El tema de los nombres ocultos ha provocado señalamientos entre la iglesia y la oficina del fiscal general. El mes pasado, Brown dijo que la arquidiócesis puede “ publicar legalmente esos nombres al público en cualquier momento ”. La oficina del fiscal general dijo que eliminó los nombres para evitar cualquier argumento de que el informe completo no debería publicarse.

La arquidiócesis ha tomado la posición de que está obligada por el tribunal a no divulgar los nombres. La oficina del fiscal general cuestiona esa posición.

El “Oficial C” ha sido identificado como W. Francis Malooly, el obispo jubilado de la Diócesis de Wilmington. Esa identificación fue realizada el mes pasado por Terry McKiernan, el fundador de BishopAccountability.org , una organización sin fines de lucro de Massachusetts que recopila documentos relacionados con casos de abuso sexual del clero.

Malooly se retiró en 2021 como obispo de Wilmington y anteriormente se desempeñó como obispo auxiliar de Baltimore. El informe muestra que Malooly manejó denuncias de abuso en Baltimore durante aproximadamente dos décadas y no informó algunos casos a las autoridades.

El Baltimore Sun la semana pasada también identificó a Malooly y a cuatro funcionarios adicionales de la iglesia redactados , incluidos los Most Revs. Richard Woy, G. Michael Schleupner, J. Bruce Jarboe y George B. Moeller. Malooly y otros funcionarios de la iglesia fueron criticados en el informe por no manejar las acusaciones de manera adecuada.

“Estaban impulsados y motivados únicamente por proteger a la institución y a los sacerdotes que eran abusadores. Lori ha sabido de ellos y, sin embargo, los mantiene en papel y todavía ministran en las parroquias”, dijo Lorenz y le pidió a Lori que los quitara.

Con suerte

Frank Schindler, de 72 años, uno de los sobrevivientes del abuso sexual del clero, habló en la conferencia de prensa sobre cómo existen los perpetradores y las personas que los protegen en la Iglesia Católica. Schindler dijo que se debe abordar el encubrimiento sistémico del abuso sexual.

«Con suerte, sacaremos el resto de esos nombres», dijo Schindler, un psicólogo clínico que vive en Canton. “Con suerte, haremos ese tipo de cambios”.

Esa es una razón, dijo, por la que los sobrevivientes sienten que Lori debe renunciar. En repetidas ocasiones ha dicho que «esto es cosa del pasado», dijo Schindler.

“Al mismo tiempo, se niega a revelar los nombres de los perpetradores y de quienes protegen a los perpetradores”, dijo Schindler. “No considero que sea una postura moral muy honesta de alguien que se supone que debe asumir el liderazgo moral de la Iglesia Católica en la Arquidiócesis de Baltimore”.

Fuente: Diócesis Católica de Oakland y Red de Sobrevivientes de los Abusados por Sacerdotes