Días festivos, desechos de alimentos y acción por el clima
El desperdicio de alimentos contribuye significativamente al cambio climático. Con la llegada de las fiestas el problema se intensifica. Es esencial adoptar medidas prácticas para combatirlo, tanto por razones económicas como medioambientales
En un mundo que lucha contra el cambio climático, uno de los factores que contribuyen a esta situación y que se pasa por alto con frecuencia es el despilfarro de alimentos. Cada año, una cantidad asombrosa de comida acaba en los vertederos, emitiendo gases de efecto invernadero y agravando la crisis climática mundial.
Como madre, sé que a medida que se acercan las fiestas este problema tiende a agravarse. Profundicemos en la relación entre el desperdicio de alimentos y el cambio climático y exploremos cómo todos podemos contribuir a las soluciones desde nuestras propias cocinas y mesas.
Cuando los alimentos, desde frutas y verduras hasta carne y lácteos, acaban en los vertederos, sufren una descomposición anaeróbica debido a la falta de oxígeno. Este proceso produce metano, un potente gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono (CO2) para atrapar el calor en la atmósfera.
Una mirada más cercana al problema
A medida que se acercan las fiestas navideñas, la presión que existe en los hogares para preparar grandes banquetes y abundantes comidas puede agravar el problema del desperdicio de alimentos.
Según Feeding America, Estados Unidos desaprovecha 119 mil millones de libras de alimentos al año, lo que equivale a 130 mil millones de comidas y más de 408 mil millones de dólares en alimentos desechados. Casi el 40% de todos los alimentos en Estados Unidos se desperdicia. Lo que es aún más alarmante es que se estima que esta cifra aumenta entre un 21% y un 25% entre Acción de Gracias y Año Nuevo.
El problema del desperdicio de alimentos no se limita a una sola región: es un problema mundial con amplias consecuencias. En los países en desarrollo, la pérdida de alimentos suele producirse en las fases de producción y transporte debido a unas infraestructuras inadecuadas, mientras que, en las naciones desarrolladas el desperdicio de los consumidores desempeña un papel más importante. Independientemente de dónde se produzca, el impacto medioambiental es grave, ya que potencia el cambio climático e intensifica la escasez de recursos.
Sin embargo, hay medidas prácticas que todos podemos tomar para abordar este problema y marcar la diferencia mientras disfrutamos de la temporada. Empecemos esta próxima cena de Acción de Gracias.
Seamos parte de la solución
En primer lugar, corre la voz entre tus seres queridos. Como hemos mencionado, se trata de un problema de gran impacto y muy subestimado. Del mismo modo, simples acciones de nuestros familiares y amigos pueden marcar una gran diferencia.
Planificar tus comidas te ayudará a crear una lista de compras, para asegurarte de que sólo adquieres lo que necesitas. Además, servir raciones adecuadas evita que las sobras se desperdicien.
El almacenamiento adecuado de los productos perecederos, como frutas y verduras, asegura las condiciones adecuadas para garantizar su frescura.
El sistema FIFO (primero en entrar, primero en salir) organiza el refrigerador y la despensa de modo que los artículos que se colocaron en primer lugar se utilicen antes que los más recientes.
Aprovecha las sobras convirtiéndolas en nuevos platos o congelándolas para su uso posterior en recipientes reutilizables adecuados.
Prestar atención a las fechas de vencimiento es una de las formas más eficaces de reducir el desperdicio de alimentos. Aprende la diferencia entre las fechas de caducidad y de consumo preferente para reducir el desecho innecesario de alimentos aún comestibles.
Por último, considera el compostaje para reducir las emisiones de metano en los vertederos.
Abordar el desperdicio de alimentos no es sólo una cuestión de reducir las pérdidas económicas, sino también de mitigar la crisis climática. La relación entre el desperdicio de alimentos y las emisiones de gases de efecto invernadero es innegable, y todos tenemos un papel que desempeñar para frenar este problema.
A partir de hoy, podemos hacer una contribución significativa tanto a nuestros bolsillos como a la salud del planeta. Celebremos estas fiestas comprometiéndonos a reducir el desperdicio de alimentos y su impacto en el medio ambiente. Es un regalo que todos podemos hacer a nuestro planeta.
Este artículo ha sido facilitado por la Fundación VoLo, una organización sin ánimo de lucro cuya misión es acelerar el cambio y el impacto global apoyando soluciones climáticas basadas en la ciencia, potenciando la educación y mejorando la salud.