Deportaciones masivas aumentan riesgos en la salud mental de la comunidad hispana

Varios son los retos a los que en materia de salud mental se enfrentan los inmigrantes en Estados Unidos, el primero está dado por el desplazamiento y su movilidad de un país a otro, le siguen el proceso de asimilación de la migración y aculturación.

Estos tres aspectos están muy marcados en los inmigrantes que residen en cualquier país, pero hoy día, en Estados Unidos, ante una política migratoria calificada de agresiva y que a diario mantiene con miedo y estrés no solo a quienes tienen un estatus irregular en el país, sino también a quienes están bajo la legalidad de la norma, es muy frecuente.

Según Samuel Paunetto, psicoterapeuta licenciado, trabajador social clínico en la Universidad Estatal de Wichita en Kansas y profesor adjunto del programa de trabajo social clínico, los inmigrantes y desplazados son blanco de una política migratoria agresiva por parte de la administración de Donald Trump.

El discurso oficial sobre deportaciones, las opiniones en las redes sociales, los videos virales de acciones en contra de los inmigrantes, las redadas, entre otras situaciones, son llamadas por Paunetto, hiperestresores a los que se somete una persona, los cuales la mantienen en un estado de hipervigilancia constante que desencadena afectaciones en la salud mental y física, con padecimientos como hipertensión, tensión alta, condiciones cardiacas, diabetes y otras más.

Comunidad hispana con altos riesgos

Cuando la narrativa migratoria oficial y toda la política pública de un país se torna agresiva en contra de las poblaciones desplazadas o de las comunidades que viven en la diáspora, estas son las que presentan riesgos de enfermedades mentales y físicas más altos.

Samuel Paunetto explicó a Te Lo Cuento News Kansas City que es precisamente la comunidad hispana en Estados Unidos la que por décadas está expuesta al racismo, la discriminación, la aculturación y la negación a su propia cultura, lo que hace que los inmigrantes desarrollen hasta odio hacia ellos mismos.

“Es algo real esto que está afectando a la comunidad hispana; la hipervigilancia, la incertidumbre constante, el miedo que tenemos de ir a diferentes espacios, estar en diferentes lugares, todo eso está sucediendo y, aunque no estemos conscientes, hay una exposición que está creando un tipo de riesgo de salud mental dentro de nuestra comunidad”, dijo el también director del proyecto “Keeping ICT Safe”, financiado por la Agencia Federal de SAMHSA.

Muestra de lo que afirma es la estadística, por lo que Samuel Paunetto refirió que en Wichita, el instituto escolar público reportó 30% menos de asistencia de niños hispanos en las últimas semanas, por temor de que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) detuviera a sus padres.

Salud mental: una patología colectiva

Para contrarrestar los efectos que la alteración de la salud mental produce en nuestro cuerpo y vida, el psicoterapeuta Samuel Paunetto recomienda, en un principio, asistir a centros comunitarios de hispanos, unirse al trabajo que allí se hace, expresarse en un ambiente de empatía y comprensión y compartir cómo se siente.

“Es bien importante que nosotros podamos unirnos a esos grupos. Hay que salir de la comodidad de nuestras rutinas y empezar a llegarnos a esos espacios en la comunidad, donde vamos a ver un fortalecimiento de la identidad cultural, donde vamos a poder hablar en nuestro idioma. No importa en qué administración estemos (gobierno), la vida en la diáspora, la salud mental en la diáspora, se hace más llevadera cuando nosotros fortalecemos nuestra identidad cultural, reclamamos y entramos de nuevo en contacto con nuestra sabiduría ancestral”, aseguró Samuel Paunetto.

A decir del especialista, hay que dejar atrás la idea de que la salud mental es una patología individual, pues en el contexto de las deportaciones, se convierte en una manifestación de nuestros sufrimientos colectivos, de la desigualdad, de las disparidades sistémicas, de género, entre otras.

Así las cosas, para Paunetto, la soledad es mucho más peligrosa que otros indicadores del comportamiento humano relacionados a sustancias controladas, por lo que recomienda que ante escenarios donde hay mucha ansiedad es importante hablar, buscar espacios para expresarse con familiares o amigos, ventilar cuál es la respuesta emocional que se tiene ante una situación y que se está normalizando, porque aseguró que la pandemia más grande del mundo occidental es la soledad y el miedo.

Frustración y miedo

Las noticias de las deportaciones de latinos de Estados Unidos ocupan los principales titulares de la prensa internacional. Vemos informaciones de deportaciones, otras referidas a la legalidad de los procesos, algunas en las cuales se evidencia la discrepancia de los poderes constituidos en ese país en torno al tema. Pero también, vemos las historias de los deportados, las peticiones de ayuda de sus familiares y el llamado de auxilio para que se logre la reunificación familiar.

Son los inmigrantes quienes están sometidos a un proceso legal que los hace vulnerables, al punto que su sentir en las últimas semanas ha sido de frustración y miedo.

Así se siente María*, una mujer hondureña de 46 años de edad que suma ya 12 años viviendo en Kansas Misuri y quien emigró de Tegucigalpa en busca de mejor calidad de vida.

“Vine a Estados Unidos a superarme, a trabajar y hacer dinero para mantener a mi familia. No le hago daño a nadie. No es justo que salga deportada, luego de tantos años de trabajo en este país”, dijo esta cocinera de oficio, quien por un año tuvo el beneficio de permiso de trabajo temporal y seguro social. Pero desde hace más de una década, su estatus migratorio es irregular.

María dijo a Te Lo Cuento News Kansas City que vive frustrada y con miedo a la deportación. Su vida en las últimas semanas se ha resumido a su casa y su trabajo, no hace vida social porque teme que el ICE la detenga y la deporte.

Encomendarse y seguir

Como muchos migrantes, ella se encomienda a Dios cada vez que sale de su hogar, confiada en que podrá permanecer en el país que le dio la oportunidad de seguir desarrollando su oficio y mejorar su calidad de vida y la de su familia en Honduras.

Las deportaciones, las cuales parecen arreciar cada vez más, no le dejan la menor duda al psicoterapeuta Samuel Paunetto de que los indicadores de riesgo en términos emocionales y de salud mental se dispararán.

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*El nombre de la persona entrevistada se cambió por resguardo a su seguridad y la de los entrevistados. En Te Lo Cuento News respetamos el derecho de la confidencialidad de las fuentes.

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