Impacto de recortes presupuestarios en programas esenciales
Expertos advierten que estas medidas podrían desestabilizar economías estatales y afectar gravemente a niños, adultos mayores y familias de bajos ingresos, especialmente en comunidades vulnerables como la latina y afroamericana
En el marco de las posibles políticas del presidente electo Donald Trump, se proyectan recortes a programas federales como Medicaid, el Programa de Seguro Médico para Niños (CHIP) y el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP). Estos programas actualmente benefician a más de 85 millones de personas en Estados Unidos. Si bien los recortes tienen como objetivo reducir la inflación y la deuda, podrían afectar gravemente a los sistemas de seguridad social.
Joan Alker, Directora Ejecutiva del Centro para Niños y Familias, destacó que Medicaid es «la columna vertebral de nuestro sistema de salud», proporcionando servicios a personas de bajos ingresos, incluyendo a la mitad de los niños del país y entre el 40 y 50% de los nacimientos. Además, dijo que es el mayor financiador de atención a largo plazo, una área que Medicare no cubre de manera integral.
Según la vocera, Medicaid representa el 56% de los fondos federales que llegan a los presupuestos estatales. «Si se hacen grandes recortes, estos afectarán todas las áreas del presupuesto estatal, no solo el de salud», explicó Alker.
Entre las posibles consecuencias de los recortes, Alker enumera restricciones de elegibilidad, mayor burocracia, limitación de beneficios y reducción de reembolsos a proveedores médicos, que podrían poner en riesgo a niños, adultos mayores, personas con discapacidades y trabajadores de bajos ingresos.
Se espera que estos recortes sean «retroactivos», afectando severamente a futuros gobiernos estatales, lo que los haría «insostenibles», de acuerdo a la vocera.
Votantes afectados
Alrededor del 34% de los latinos y el 39% de los afroamericanos dependen de Medicaid. En cuanto a la percepción pública de estos posibles recortes, Alker enfatizó que Medicaid es muy popular entre los votantes. «Ellos no quieren ver grandes recortes a Medicaid», afirmó.
Cita que hasta 12 estados tienen disposiciones que terminarían automáticamente con la expansión de Medicaid si se reduce la tasa de correspondencia federal, lo que podría dejar sin cobertura a 3 o 4 millones de personas.
La conferencista subrayó que los recortes podrían desestabilizar tanto a las comunidades vulnerables como a las economías estatales. Sin embargo, Alker concluyó con optimismo, destacando que la fuerte aceptación de Medicaid por parte de los votantes ofrece una oportunidad para movilizarse y educar a la población sobre estos riesgos.
Impacto en niños y familias
Mayra Alvarez, presidenta de The Children’s Partnership, también abordó los retos que enfrentan los niños y las familias ante posibles cambios en las políticas federales. Destacó la importancia de proteger programas esenciales y condenó las amenazas que representan ciertas propuestas.
«Creemos que cada niño tiene derecho a una vida saludable, una familia estable y una comunidad segura y acogedora», afirmó Alvarez. Subrayó que más de 72.5 millones de niños viven en Estados Unidos, incluyendo 5 millones con al menos un padre indocumentado. En California, 4.5 millones de niños tienen al menos un progenitor inmigrante, de los cuales el 97% son ciudadanos estadounidenses.
Alvarez criticó propuestas como las incluidas en el Proyecto 2025, que amenazan programas como SNAP. “Cambios como aumentar los límites de tiempo o eliminar la elegibilidad categórica harían más difícil para las familias vulnerables acceder a alimentos”, advirtió. Además, denunció posibles recortes a programas como LIHEAP (asistencia energética), WIC (mujeres, bebés y niños) y TANF (asistencia temporal para familias necesitadas), que «aumentarían la pobreza y disminuirían las oportunidades para niños y familias».
Ella destacó el valor económico de SNAP, señalando que cada dólar invertido genera $1.54 en actividad económica. “Cuando las personas tienen acceso a alimentos, pueden trabajar y contribuir a sus comunidades”, explicó.
Otro punto crucial fue el impacto de la retórica antiinmigrante. Según Alvarez, esta narrativa generó un «efecto de enfriamiento» donde muchas familias dejaron de solicitar beneficios por miedo a represalias. Aunque reconocó avances bajo la administración Biden, advirtió sobre intentos de revertir estas mejoras: «Debemos trabajar juntos para educar y proteger a nuestras comunidades».
Al concluir, la experta instó a la colaboración para resistir los recortes perjudiciales y proteger a los niños: «Como defensores de la infancia, debemos unirnos para garantizar que nuestras comunidades tengan las herramientas necesarias para criar niños saludables».