Ante esto, el primer ministro pakistani, Anwaar-ul-Haq Kakarm, anunció la prohibición completa de cualquier acto público para celebrar la víspera de Año Nuevo, por lo que pidió a la población celebrar este día de forma sencilla.

«Toda la nación paquistaní y la comunidad musulmana están profundamente tristes por el genocidio de los palestinos oprimidos y, en particular, por la masacre de niños inocentes en Gaza y Cisjordania», expresó Kahar.

Esta decisión cambia un poco las cosas en Pakistán donde la Nochevieja suele ser una celebración muy animada con fuegos artificiales y los disparos al aire.

Así, Pakistán se suma a la ciudad de Sharjah (en los Emiratos Árabes Unidos), que ya había anunciado previsamente que prohibiría los tradicionales fuegos de artificio en solidaridad con los habitantes de Gaza.