«La ayuda a los refugiados no debería ser una lotería», señaló Guterres en Foro Mundial
El Foro Mundial sobre Refugiados se celebró en Suiza y se comprometió a aportar más de 2.200 millones de dólares para desplazados
En medio de tiempos oscuros y preocupantes, toda la humanidad debe compartir la responsabilidad de proteger a millones de desplazados en todo el mundo, dice el Secretario General al Foro Mundial sobre Refugiados
A continuación se presentan las declaraciones del Secretario General de la ONU, António Guterres, en la clausura virtual del Foro Mundial sobre Refugiados, en Ginebra:
Es un placer participar en la clausura de este segundo Foro Mundial sobre Refugiados. Felicito al Alto Comisionado Filippo Grandi por convocarlo y agradezco a Suiza por acogerlo.
También reconozco a los miles de participantes que se han unido para apoyar a los refugiados: gobiernos, socios para el desarrollo, el sector privado, la sociedad civil y líderes religiosos. Y agradezco a los refugiados aquí por compartir sus experiencias y destacar los desafíos y oportunidades para apoyarlos mientras reconstruyen sus vidas.
Durante mi década como Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, tuve el inmenso privilegio de presenciar de primera mano el coraje, la resiliencia y la perseverancia de los refugiados. Conocí a innum17erables refugiados que sobrevivieron a circunstancias terribles y peligrosas, viendo cómo mataban a sus familiares y amigos y cómo sus hogares y vecindarios eran destruidos.
Muchos huyeron de los conflictos sólo para sufrir discriminación, abuso y violencia abierta mientras estaban en movimiento. Otros, especialmente mujeres y jóvenes, que representan la mayoría de los refugiados a nivel mundial, cayeron en las garras despiadadas y explotadoras de los traficantes de personas.
Pero al mismo tiempo vi algo más. Fui testigo de la enorme generosidad de muchos países y comunidades de acogida que recibieron a los recién llegados con gran hospitalidad. Y permítanme añadir que estos eran a menudo algunos de los países y comunidades más pobres del mundo.
Vi a gobiernos defender con valentía las normas internacionales de protección y ofrecer asilo, a menudo frente a presiones políticas internas para hacer lo contrario. Vi refugiados prestando sus manos y sus corazones a los países de acogida. Impulsar las economías. Creación de empresas y empleos. Y enriquecer el tejido nacional.
Estas experiencias reforzaron mi creencia de que proteger y apoyar a los refugiados en cada paso de su viaje es una obligación moral, una necesidad práctica y un imperativo económico.
Este Foro llega al final de un año de intensa división política, conflicto y catástrofe climática. Y un año en el que un número récord de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares, huyendo de la violencia, la inseguridad y el peligro. Desde el Sahel hasta el Afganistán, Siria y el Yemen —hasta la República Democrática del Congo, Myanmar y Somalia— hasta la devastación total que estamos presenciando en Gaza.
Fuente: Noticias ONU