¿Cómo frenar el hongo resistente a medicamentos que se propaga en hospitales de EEUU y Latinoamérica?
El aumento de pacientes infectados con el hongo Candida auris pone en máxima alerta a las autoridades de salud de EEUU
Las colonias de Candida auris que se multiplican en entornos hospitalarios de Estados Unidos ha puesto en alerta máxima a las autoridades de salud, que han emitido ordenanzas para cumplir protocolos de actuación en los 50 estados ante las infecciones de este hongo resistente a medicamentos, que en muchos casos conlleva la muerte de los portadores.
Este hongo fue considerado en la lista de “prioridad crítica” de los cuatro hongos más peligrosos de una lista de 19 anunciados en octubre pasado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) también ha emitido alertas ante aumento de casos en Latinoamérica.
Proliferación
El Candida auris causa infecciones graves en el torrente sanguíneo de pacientes hospitalizados que ya tienen complicaciones por otros cuadros clínicos, o en instituciones geriátricas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos – al imponer la máxima alerta esta semana- han instruido al personal sanitario a cumplir protocolos específicos para tratar de frenar su proliferación.
La experta Pilar Ramón-Pardo, asesora para Resistencia a los Antimicrobianos y Control de la Infección, de OPS, dice a la Voz de América que está alerta en EEUU reviste gran importancia y se suma a las hechas por la instancia regional, una en 2016 y que se ha actualizado recientemente, ante el creciente número de pacientes tratados, que según estimaciones entre dos de cada tres infectados mueren en el lapso del primer mes de ser infectados por el hongo.
“La Candida auris es importante vigilarla por varios motivos, el más importante es que produce una infección grave, se detecta en la sangre, es decir una septicemia y además no hay un solo tratamiento eficaz para este tipo de hongo porque es extremadamente resistente”, explica la experta.
A diferencia de otras candidas del espectro de este micótico, la variedad auris tiene la facilidad de transmitirse por el contacto de instrumental y utensilios hospitalarios e incluso de persona a persona por el tacto, “algo que no sucede con otras candidas», explica la doctora Ramón-Pardo.
Además de la sangre, los investigadores han detectado que se aloja en los oídos de los pacientes, de ahí el nombre auris porque los primeros casos se registraron en Japón en un centro geriátrico al descubrir infecciones de oídos persistentes en pacientes y se extendía a todo el torrente sanguíneo.
Haber pasado de 56 casos en 2016, cuando se tienen los primeros registros de pacientes infectados de este hongo en Estados Unidos, a 2.377 casos en 2022, muestra una multiplicación exponencial de cinco veces cada año, según las estimaciones del CDC.
Por lo que la institución de vigilancia de enfermedades señala que al darse brotes en entornos de atención médica “es importante identificar rápidamente el Candida auris para que los centros de salud puedan tomar precauciones especiales para detener su propagación”.
Sepas predominantes en EEUU y Latinoamérica
Actualmente, se mueven en el mundo cinco variantes de este hongo que se descubrió en 2009 en un centro asistencial para adultos en Japón, en 2012 empezó a detectarse en otros países y ya en 2016 estaba en lista de preocupaciones para los organismos de salud.
«Mucho de lo que estamos viendo hoy en día (sobre el hongo) tiene que ver con con la situación previa de ocupación extrema de los hospitales, a veces brechas en el aislamiento y en el control de infecciones, también el uso y uso alto de antimicrobianos de amplio espectro para pacientes de COVID-19».
La experta ahonda que en la OPS advirtieron de esa situación, pues a mayor carga de medicamentos antimicrobianos, los hongos tienden a poblar valiéndose del espacio, y de ahí la problemática actual.
A la fecha, Chile y Argentina han hecho una contención exitosa de casos, y han impedido después de descubrir brotes que este prolifere a otros centros de salud de los países, utilizando medidas de aislamiento óptimas y la erradicación.