Informe de Brennan Center destaca que “los inmigrantes latinos no son enemigos extranjeros”
En el informe denuncian que algunos políticos quieren abusar de un poder presidencial peligroso que permite deportar a personas no ciudadanas sin ninguna salvaguarda ni el debido proceso
El Centro Brennan para la Justicia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York considera que la Ley de Enemigos Extranjeros debe ser eliminada.
En un comunicado explicó que la Ley de Enemigos Extranjeros (Alien Enemies Act) es una legislación que confiere al presidente de los Estados Unidos la autoridad para detener y deportar a personas inmigrantes no naturalizadas de naciones consideradas hostiles.
Este año, a lo largo de toda su campaña electoral, el expresidente Donald Trump ha sugerido la idea de realizar deportaciones masivas, principalmente de personas inmigrantes latinas. Y ha prometido invocar una peligrosa y anticuada ley que podría darle al poder ejecutivo toda la autoridad que necesita para deportar a personas no ciudadanas —incluso a residentes permanentes y refugiados— sin el debido proceso, sin controles de las otras ramas del gobierno y sin ninguna salvaguarda para proteger las libertades y derechos civiles de las personas.
Este poder solo puede ejercerse en tiempos de guerra, invasión o incursión depredadora. Sin embargo, un nuevo informe del Brennan Center advierte que esta facultad se ha vuelto peligrosamente amplia y abiertamente discriminatoria. De hecho, aplicar esta ley durante tiempos de paz se consideraría un abuso gravísimo.
El informe señala que, según algunas interpretaciones actuales, la Ley permite al presidente actuar sin distinción, pudiendo afectar a “toda” persona no naturalizada proveniente de un país hostil, independientemente de su estado legal, conducta o el tiempo que haya residido en el país. Este alcance inclusivo ha llevado a la aplicación de la ley incluso en contra de individuos nacidos en naciones neutrales, pero cuyos padres provienen de países considerados hostiles.
La existencia de esta ley no solo plantea riesgos significativos en términos de derechos humanos, sino que también se considera completamente innecesaria. En la actualidad, Estados Unidos cuenta con otros métodos para abordar preocupaciones sobre sabotaje o espionaje extranjero en tiempos de guerra, sin recurrir a la persecución injusta basada en el lugar de origen o la identidad étnica de una persona.
Históricamente, la Ley de Enemigos Extranjeros ha sido utilizada en contadas ocasiones, siendo la más infame su aplicación durante la Segunda Guerra Mundial, que justificó la creación de campos de internamiento para ciudadanos japoneses. Este uso del pasado ha llevado a varios miembros del Congreso y legisladores a disculparse, reparando a las víctimas y exigiendo la eliminación total de una ley que simboliza algunos de los momentos más vergonzosos en la historia estadounidense.
La Ley de Enemigos Extranjeros debe ser eliminada. Su existencia en el marco legal estadounidense es un riesgo inaceptable en tiempos donde valores de inclusión y diversidad son más cruciales que nunca. La protección de los derechos civiles no debe ser sacrificada en nombre de la seguridad nacional.
Dicha ley “es injusta, racista e ineficiente. Y, dada la forma en que algunos grupos buscan emplearla en contra de las personas inmigrantes, es lo suficientemente amplia como para invitar al abuso durante tiempos de paz. Esta ley era vergonzosa y peligrosa cuando se creó hace 200 años. Ahora lo es más todavía. Debe ser revocada o anulada”, se concluyó en el comunicado.
Fuente: Brennan Center