Por qué debes tener cuidado con contenidos que hablen del Colegio Americano de Pediatría, como este contra los cambios de sexo en menores
Desde junio de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no incluye la transexualidad en la 11ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11, conocida popularmente como la “biblia” de las enfermedades) más que como una condición relacionada con la salud sexual
Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:
- Circulan contenidos que comparten un comunicado del Colegio Americano de Pediatría en el que muestra su oposición a las prácticas médicas de cambio de sexo.
- Se trata de organización de unos 700 miembros que nada tiene que ver con la Academia Americana de Pediatría (AAP), que suma más de 67,000 profesionales y defiende el acompañamiento y los cuidados médicos para los menores trans.
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 2018 que la transexualidad no es una patología, al contrario de lo que señala el Colegio Americano de Pediatría.
“El Colegio Americano de Pediatría hace un llamado a dejar de promover y realizar tratamientos hormonales, bloqueadores y cirugías a menores de edad”. En redes sociales se comparten contenidos en los que se habla de que el Colegio Americano de Pediatría ha emitido un comunicado para posicionarse en contra del cambio de sexo y condenar diversas prácticas médicas relacionadas con ello. Ahora bien, esta entidad no es una sociedad o autoridad médica, sino un un colectivo que se posiciona en contra del aborto, la eutanasia y el colectivo LGTBI.
Según reportes externos, el Colegio Americano de Pediatría está formado por alrededor de 700 miembros, una cantidad muy pequeña en comparación con los 67,000 profesionales que forman parte de la Academia Americana de Pediatría (AAP). Esta, al contrario que el Colegio, defiende la importancia de proporcionar acompañamiento científico, médico y psicológico tanto a los menores de edad transgénero como a sus familias.
La AAP es citada en publicaciones y directrices, o es coautora de estas, de organizaciones como los Institutos Nacionales de Salud (NIH) o los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Una declaración firmada por 18 entidades privadas
El 6 de junio de 2024, el Colegio Americano de Pediatría (American College of Pediatricians) publicó una declaración titulada “Médicos protegiendo a la infancia” (Doctors Protecting Children, en inglés) en la que piden “detener la promoción de la afirmación social, bloqueadores de pubertad, hormonas y cirugías para niños y adolescentes que sufren por motivos relacionados con su sexo biológico”.
Extracto del comunicado del Colegio Americano de Pediatría.
El comunicado fue planteado por el Colegio Americano de Pediatría, y otras 17 organizaciones se sumaron a firmarlo. En él, sostienen que “en su lugar, se debería recomendar evaluaciones y terapias dirigidas a identificar los problemas psicológicos y la neurodiversidad que provoca una predisposición a la disforia de género”.
Organizaciones que firman el comunicado.
El Colegio Americano de Pediatría es una organización menor formada por un pequeño número de profesionales A pesar de que, por su denominación, pueda parecer una sociedad médica o ente del Estado, el Colegio Americano de Pediatría se trata, en realidad, de una organización privada de pocos miembros y pequeño tamaño.
En un artículo de The Washington Post, el psicólogo de la Universidad de Stanford, Sam Wineburg, explica que el Colegio “se hace ver como una organización médica oficial que hace creer rápidamente que es en la que se enmarcan todos los pediatras de Estados Unidos”, pero la utiliza como ejemplo de fuente de desinformación médica difundida en internet.
De acuerdo con los datos públicos del Colegio, fue fundado en 2002 por un grupo de pediatras y otros profesionales de la salud. Desde su página web, señala que considera “de especial importancia [para la organización] la dignificación de la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural y unidad familiar con una madre y un padre cuidando de sus hijos”.
Página web del Colegio Americano de Pediatría.
En su página web no aparece el número de miembros con los que cuenta. Sin embargo, una publicación de Wired, en la que refieren haber tenido acceso a documentos del Colegio, señala que en 2022 el grupo estaba formado por “alrededor de 700 miembros”. Por su parte, la Academia Americana de Pediatría (AAP) cuenta con más de 67,000 pediatras, subespecialistas y especialistas médicos en pediatría.
Con respecto a su posicionamiento en relación al cambio de sexo en menores, el de la AAP es diametralmente opuesta a la del Colegio. En 2018, de hecho, se publicó desde la academia una declaración titulada “Asegurar los cuidados comprensivos y el apoyo a niños y adolescentes transgénero”, en la que se llama a dar acompañamiento científico, médico y psicológico tanto a los menores de edad transgénero como a sus familias.
Fragmento del comunicado de prensa de la Academia Americana de Pediatría sobre su declaración “Asegurar los cuidados comprensivos y el apoyo a niños y adolescentes transgénero”
El Colegio Americano de Pediatría defiende “la unidad familiar de madre y padre en matrimonio” y ha sido catalogada de “anti-LGTBI”.
Las organizaciones por los derechos civiles American Civil Liberties Union (ACLU) y Southern Poverty Law Center (SPLC) han catalogado al Colegio Americano de Pediatría como una “organización anti-LGTBI”. El SPLC explica que el Colegio “es un grupo que promueve el odio anti-LGTBI a través de medios de comunicación de extrema derecha” y añade que “se opone a la adopción por parte de parejas LGTBI, asocia la homosexualidad con pedofilia, apoya las denominadas ‘terapias de reorientación sexual y cree que las personas transgénero son enfermos mentales”.
Si revisamos los principios del Colegio Americano de Pediatría, observamos que incluyen “la unidad familiar compuesta por una madre y un padre, en matrimonio, como fundamental para el desarrollo óptimo de los menores”. También dicen “reconocer los beneficios físicos y emocionales de practicar la abstinencia sexual hasta el matrimonio”.
La OMS recuerda que ser trans no es una patología
Desde junio de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no incluye la transexualidad en la 11ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11, conocida popularmente como la “biblia” de las enfermedades) más que como una condición relacionada con la salud sexual.
Como ya explicamos en Factchequeado, el sexo biológico, cuando lo reducimos a dos opciones (hombre o mujer), no es una verdad incuestionable y tiene un componente cultural. “Cuando se asigna a las personas recién nacidas, puede llegar a haber muchos problemas. Sin ir más lejos, el caso de las personas intersex: personas que no representan ‘lo suficiente’ esos rasgos elegidos culturalmente para definir el sexo ‘biológico’ en esos términos binarios y excluyentes”, explicaba Daniel G. Abiétar, médico y autor del libro ¿Solo dos? La medicina ante la ficción política del binarismo sexo-género’.
Rosa María Fernández García, bióloga especializada en Psicología y en el estudio genético y epigenético de la transexualidad, explicaba a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, que la identidad sexual (o identidad de género) se refiere al género sentido. “Es un sentimiento subjetivo de saber a qué sexo se pertenece, es decir, si la persona se considera varón o mujer”, añadía.
En el comunicado del que las redes se han hecho eco, el Colegio Americano de Pediatría hace referencia al término “disforia de género” que, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, es “la distorsión, ansiedad y depresión causadas por la falta de concordancia” entre el género con el que una persona fue calificada al nacer y aquel dentro del cual se siente.
Es decir, que la incongruencia de género en sí no se considera un trastorno, pero sí puede serlo cuando ésta provoca un malestar significativo. Si esto ocurre podría darse un caso de disforia de género.
La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) indica que aunque la disforia de género suele comenzar en la infancia, es posible que algunas personas no la experimenten hasta después de la pubertad o mucho más tarde.
García añadía a Maldita.es que las personas transexuales no nacen disfóricas ni tienen porqué serlo nunca y, cuando lo son, muchas veces “es fruto de presiones internas y externas que surgen de la lucha personal por la adaptación/inclusión social”.
En un estudio de 2016 publicado en The Lancet para el que se entrevistó a 250 personas transexuales concluye que los posibles problemas de salud mental asociados a la transexualidad provienen en mayor medida del rechazo y la violencia que estas personas han sufrido a raíz de su situación que de su transexualidad en sí.
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