Madres y reto climático
Cuando nosotras entendamos que el clima será el mayor reto de la siguiente generación, activaremos todo nuestro compromiso para trabajar por un planeta más vivible para nuestros hijos
Mayo es el mes dedicado a las madres. Por eso es el mejor momento para que todas nosotras hablemos sobre el mayor reto que van a tener los hijos de esta generación en su vida: el cambio climático.
En su intervención en el Diálogo de Petersberg sobre el Clima 2023, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, declaró: “La verdad es que, sobre el clima, sabemos qué hacer, cuándo hacerlo y por qué. Pero, durante demasiado tiempo, hemos mirado hacia otro lado”.
Las mujeres que hemos vivido la maternidad no aceptamos voltear hacia otro lado. Miramos los problemas que afectan a nuestros hijos a los ojos. Los enfrentamos y estamos acostumbradas a vencerlos.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático nos dice que podría ser desastroso superar el límite de aumento en la temperatura de 1,5 grados centígrados fijado por el Acuerdo de París para reducir a la mitad las emisiones mundiales en 2030.
Sin embargo, las temperaturas aumentarán 2,8 °C a finales de siglo si mantenemos las políticas actuales.
¿Es este el mundo que queremos heredarle a nuestros hijos? No.
Entonces debemos activarnos hoy.
El riesgo y el transitar por terrenos desconocidos no es algo a lo que las madres tengamos temor. Nuestro hogar lo vamos construyendo día a día, gracias a esa brújula con la que nos ha equipado la naturaleza.
Por eso tenemos las herramientas para caminar a través de este desafío tan nuevo como enorme, tan complejo como retador. Y también tenemos la certeza de que haremos la diferencia.
Las madres actuales mantenemos el liderazgo en el cuidado del hogar, como ha sido desde el inicio de los tiempos. Una carga genética que nos convierte en las gerentes más eficientes, que nos permite tomar las decisiones más acertadas directamente desde el corazón y trabajar tenazmente en los problemas, hasta solucionarlos.
Pero en la actualidad también nos involucramos en los asuntos de nuestras comunidades, tenemos cada vez más acceso al conocimiento y permanecemos informadas. Sabemos qué rol jugar como ciudadanas para contribuir al bienestar del lugar donde viven nuestras familias.
Y tenemos conciencia de lo poderosas que podemos ser cuando se trata de superar un obstáculo que afecte la calidad de vida de nuestros hijos. ¿Quién está de acuerdo conmigo?
Madres de todas partes, el reto es el siguiente: reducir a la mitad las emisiones mundiales para 2030, cumpliendo el límite fijado de 1,5 grados centígrados en el aumento de la temperatura. Sin embargo, se espera un aumento del 10% para esa fecha, en comparación con 2010.
No son buenas noticias, pero justamente por eso debemos actuar. Y es posible lograr un cambio si tomamos medidas desde ya. ¿Aceptamos el reto?
Si nos preocupa el planeta que tendrán que vivir las próximas generaciones, debemos tomar acción hoy, y con pasión.
Imaginemos la diferencia que podemos lograr en la acción climática cuando tomamos en serio nuestro propio poder generado desde el instinto maternal.
Sí, tomemos una tarea más para esa agenda de ocupaciones que sabemos manejar tan eficientemente. Desde nuestras casas, desde nuestros automóviles, desde nuestras tareas diarias y en medio de nuestra cotidianidad hogareña y familiar, contribuyamos a la acción climática. Como con nuestros hijos, un paso a la vez nos llevará muy lejos.
Este artículo ha sido facilitado por la Fundación VoLo, una organización sin ánimo de lucro cuya misión es acelerar el cambio y el impacto global apoyando soluciones climáticas basadas en la ciencia, potenciando la educación y mejorando la salud.