Los migrantes pagan las crisis del mundo
No es solamente un asunto de la frontera de Estados Unidos, sino un fenómeno mundial. Amenaza con crecer aún más, mientras los marcos legales están cada vez más desactualizados
El aumento de los migrantes que huyen de la pobreza extrema y del autoritarismo creciente, así como de la subida del nivel del mar y de las condiciones meteorológicas extremas, es un fenómeno mundial. No es una crisis que pueda reducirse a la frontera sur de Estados Unidos.
Cada vez con mayor frecuencia se convierte en chivos expiatorios a quienes intentan encontrar seguridad y supervivencia. Son blanco de ataques por parte de populistas y nacionalistas en gran parte de Occidente.
Las fronteras se cierran cada vez más, lo que agrava las dimensiones humanitarias y políticas de esta crisis.
Crisis creciente, marcos anticuados
Susan Fratzke, analista política del Programa Internacional del Instituto de Política Migratoria, recuerda que “solamente el año pasado, Europa recibió un millón de solicitudes de asilo, de personas provenientes de Siria, Afganistán, Turquía, Venezuela y Colombia”.
Mientras tanto, más de 4 millones de ucranianos fueron desplazados solamente en 2022.
“África tiene varias crisis, como las de Etiopía y República Democrática del Congo. Eso para no hablar de lo que sucede en Asia. Más de siete millones de personas han salido de Venezuela en la última década. La mayor parte viajaron a Colombia, Perú o Brasil. Es algo que está tocando cada región del mundo”, dice.
Apunta que la gente no se muda solamente uno o dos países al lado. “Los movimientos que vemos hacia Estados Unidos no solamente son mexicanos o centroamericanos, sino suramericanos que buscan seguridad”.
Según sus datos, 1.300 personas por día cruzan Panamá camino a México. Casi 2 tercios de las personas que cruzaron a EE. UU. no viene de México o Centroamérica, sino de países suramericanos y del Caribe, como Colombia, Venezuela o Haití.
“Incluso por la frontera sureña han estado entrando personas de China, India, Rusia e incluso afganos”, revela.
En España los colombianos y los venezolanos son quienes buscan más asilos, debido a factores complejos, como los políticos de represión o persecución.
También están los asuntos económicos, que se agravaron en la etapa posterior al COVID-19.
Agrega que muchos lugares están siendo afectados por el cambio climático, como la costa de Bangladesh, que se inunda durante la etapa de los monzones.
“Hay una falta de caminos legales para que la gente se mude globalmente, como oportunidades de trabajar; a menos que sean personas con especializaciones. Hay pocas oportunidades de mudarse con su familia y suelen estar restringidas a la familia tradicional nuclear”.
Lamenta que por esto se recurra a procesos ilegales, lo cual crea distintas crisis, como la del sur de Estados Unidos. “Son marcos legales muy anticuados. Se necesita protección humanitaria”, alerta Fratzke.
Racismo y prejuicios
Andrew Rosenberg, profesor adjunto de Ciencias Políticas en la Universidad de Florida, es autor de “Inmigrantes indeseables: Por qué persiste el racismo en la migración internacional”.
Denuncia que la crisis de migración global coincide con el populismo anti-inmigrante y la crisis climática. Su trabajo académico lo hace llevar a ver el problema desde un punto de vista global. “La desigualdad ha aumentado tremendamente desde la crisis económica de 2008”, dice.
“Si hablamos con 5 o 10 conocidos al azar, muy pocos de ellos dirían que no quieren que los migrantes vengan al país por prejuicios explícitos. Basarían sus objeciones en supuestas razones objetivas. Pero considero que esas razones iguales están conectadas con asuntos raciales”.
En cuanto al cambio climático, explica que está afectando desproporcionadamente al sur global, por lo cual muchos migrantes van a provenir de estos lugares vulnerables. “Pero con el prejuicio y el resentimiento presentes en el norte, no creo que haya la voluntad política para ayudar. Se van a exacerbar los prejuicios”.
Considera que habrá que ayudarlos en el sur “y eso conduce a conflictos, por ejemplo, sobre la competencia en cuanto a recursos”.
Para él, los expertos han demostrado que sí hay beneficios en la inmigración, pero es muy fácil movilizar con base en el prejuicio. Se pregunta: “¿Cómo podemos dirigirnos al público para romper estas perspectivas?”
“La lección es que ninguna de estas crisis se puede considerar en aislamiento”, razona. Y agrega que hay quienes hablan de “policrisis”, para entender la situación.
Clima y migración
Amali Tower, fundadora y directora ejecutiva de Climate Refugees, advierte que el cambio climático contribuye al desplazamiento de las personas. 86% de los potenciales refugiados están en el sur global, en países vulnerables al cambio climático.
Cita que en 2015, 50 países sufrieron desplazamientos por desastres.
“Los datos son imprecisos, ya que no existe para los desplazados por clima el estatus legal de refugiados. Además, la situación de Ucrania hace más complicado el conteo”, detalla.
También diferencia entre la gente desplazada en su propio país y la que cruza fronteras.
Recuerda que organizaciones como las Naciones Unidas y sus agencias de desplazados y refugiados, así como reportes especiales, han expuesto formas de proteger a los desplazados por cambio climático.
Pero no confía del todo. “A veces no hay deseo político de saber y falta voluntad para presentar números, ya que la ONU está formada por Estados miembros”.
Tradicionalmente, la gente que llegaba a EEUU provenía de México, pero eso está cambiando a centroamericanos, según su data. “Allí se necesitó ayuda humanitaria en 2016, por sequía extendida, lo que empujó a una migración irregular. Suelen ser gente más joven”.
La región también tiene muchos indicios de riesgo.
La experta ha detectado que “muchos no se identifican a sí mismos como desplazados por el clima y exageran las situaciones de violencia en los países centroamericanos para poder recibir protección. Ellos conocen de sus perspectivas legales. Y no se les hace la pregunta sobre si fueron desplazados por el cambio climático”.
Lamenta que los países del norte gasten más dinero en mantener a los migrantes fuera de sus fronteras que en abordar la crisis. Cree que el aparataje de seguridad de la frontera subestima los derechos humanos, el derecho a migrar y a buscar asilo.
Son penalizados y hay racismo extremo en todo esto.
Una de las soluciones sería modificar el acta de refugiados de 1980, para incluir a los desplazados por el clima.
Historia y resiliencia
“En leyes de DDHH y refugiados, las leyes son limitadas, la categoría de migrante climático no es protegida, y hay consenso en que debería serlo”, según Hossein Ayazi, analista político del programa Justicia Global del Othering & Belonging Institute de la Universidad de California en Berkeley.
Resalta que no se presta atención a las causas estructurales del desplazamiento.
“¿Por qué las personas del sur son tan vulnerables a la crisis climática? La explotación de recursos del sur por parte del norte ha obstaculizado la posibilidad de resiliencia”, detalla.
Relata que en los últimos 50 años se ha mantenido la desigualdad y la depredación basada en una supuesta ayuda para el desarrollo, a pesar de que ya terminó el colonialismo.
“Instituciones financieras están forzando a África, Asia y Latinoamérica a seguir produciendo para beneficiar al norte. Son industrias vulnerables, como la pesca o la agricultura, que dependen de patrones de clima moderados. Esto contribuye al subdesarrollo en el sur global”.
Apunta que esto ha afectado al desarrollo de la infraestructura que ayudaría a lidiar con la crisis climática y que mucha gente se mudará cuando no pueda permanecer donde está.
El Instituto hizo una encuesta en las cinco regiones del continente africano sobre ideas para construir resiliencia. Quienes respondieron están enfocados en crear economías locales, justas, que no sean extractivas y no requieran combustibles fósiles.
También señalaron que la estrategia a largo plazo incluye la agricultura sostenible. “Son sistemas más resilientes a los impactos climáticos mientras apoyan económicamente a las comunidades”, de acuerdo a Ayazi.
Los encuestados alertan además que necesitan ayuda para aumentar las capacidades de las naciones africanas, además de amplificar su voz y creen que hay que disminuir la explotación del sur global.
También apuntaron a las reparaciones climáticas como una condición necesaria para la transición.
Ayazi finaliza recomendando: “transformar las instituciones financieras internacionales, muchas de las cuales son responsables de las crisis que estamos viendo hoy. Todo esto reduciría las posibilidades de migración”.