Haití al borde del colapso sanitario por la violencia armada y el caos político
De acuerdo con las últimas estimaciones de las agencias de las Naciones Unidas, al menos 1,4 millones de personas en Haití se encuentran al borde de sufrir hambruna y 5,5 millones necesita ayuda humanitaria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) continúan realizando labores para ayudar a las 362.000 personas que se han movilizado para escapar de la violencia de las bandas armadas, que incluye ejecuciones extrajudiciales, secuestros y violencia de género.
A juicio de Oscar Barreneche, representante de la ONU en Haití, la violencia causada por los grupos armados y las pandillas o gangs lograron desestabilizar el gobierno en medio de un caos político que se ha visto agravado por la renuncia del gobierno del primer ministro, Ariel Henry.
«La renuncia debilita aún más la estructura, la operatividad del gobierno, sobre todo de sus fuerzas de seguridad, que están muy débiles y que se ven limitadas ante la capacidad que tienen los grupos armados de estas pandillas. Últimamente, se han estado organizando y están actuando de una manera más coordinada», explicó Barreneche.
La actividad violenta de los grupos armados ha afectado gravemente al departamento de Artibonite, en el norte de Puerto Príncipe, ya que el 85% de la ciudad está bajo control de las bandas. A eso hay que sumar las dificultades de acceso para ayudar a las personas que requieren alimentos, insumos y asistencia médica.
«Muchos de los hospitales tuvieron que cerrar debido a los problemas de violencia, porque hay un problema de acceso, no solamente para los pacientes que quieren llegar a obtener servicios, pero también para el personal de salud que no alcanza a llegar a su lugar de trabajo debido a que se encuentran en zonas que en donde la actividad violenta de las pandillas sucede», agregó el representante de las Naciones Unidas en Haití.
Según la información suministrada por las diferentes agencias de la ONU que están en el país, todos los accesos de las principales rutas que salen y entran de la capital están bajo control de los grupos armados, es decir, nada entra ni nada sale sin el permiso de los pandilleros.
Barrenche considera que la solución para Haití es reinstaurar la seguridad de las personas y el orden en la capital, pero la Policóia Nacional se encuentra muy limitada en número y requiere de ayuda.
Fuente: news.un