El decreto contra personas transgénero
El reciente asesinato del hombre transexual Sam Nordquist, demuestra que la retórica de odio se traduce en violencia con trágicas consecuencias. El decreto ejecutivo de Donald Trump, que reconoce únicamente los sexos masculino y femenino, ha generado una fuerte preocupación entre la comunidad transgénero, ya que amenaza derechos fundamentales en ámbitos legales, educativos y de salud
El día de su inauguración, el presidente Donald Trump declaró: «A partir de este día, será política de los Estados Unidos: solo existen dos sexos, masculino y femenino». Esta declaración fue seguida por un decreto ejecutivo que reconocía solo a los hombres y mujeres biológicos, un movimiento que Trump afirmó que «defendería a las mujeres» y «garantizaría su seguridad». Sin embargo, esta medida tiene consecuencias profundas para los 1.6 millones de personas transgénero en el país, borrando efectivamente su existencia en asuntos legales, atención médica y en el ámbito educativo.
Esto ocurre en un contexto de aumento de los crímenes de odio contra las personas transgénero. Cinco personas fueron acusadas esta semana en Nueva York, de someter a un transexual de Minnesota a «repetidos actos de violencia y tortura» antes de asesinarlo, según la Policía del Estado de Nueva York.
Las acusaciones se producen tras el hallazgo, el 13 de febrero, de restos humanos que se cree que son los de Sam Nordquist, de 24 años, en un campo cerca de Canandaigua, al norte del estado de Nueva York.
«Nuestra investigación ha revelado un patrón de abuso profundamente perturbador que en última instancia resultó en la trágica muerte de Sam», dijo la capitana de la policía Kelly Swift durante una conferencia de prensa el viernes.
El impacto de la orden ejecutiva
En una discusión con la prensa, un panel de especialistas abordó distintos aspectos de la situación. Sailor Jones, Directora Asociada de Common Cause North Carolina, expresó su profunda preocupación por las repercusiones del decreto ejecutivo. Como alguien que logró cambiar su marcador de género en su pasaporte antes de que Trump asumiera el cargo, Sailor es una de las pocas afortunadas que ha podido obtener dicho reconocimiento.
Sin embargo, con el nuevo decreto ejecutivo en vigor, espera que su pasaporte, que ahora está alineado con su identidad de género, siga siendo válido mientras el clima político cambia. Siente que los intentos de la administración por borrar a las personas transgénero del panorama legal van acompañados de un ambiente cada vez más hostil, que busca disminuir sus derechos y su existencia.
Sailor también compartió su ansiedad acerca de su próxima cirugía de afirmación de género, ya que teme que su seguro de salud ya no cubra el procedimiento debido a los decretos ejecutivos que atacan el acceso de las personas transgénero a la atención médica necesaria. «Aunque tengo la suerte de tener un seguro de salud», señaló, «la cirugía de afirmación de género es un privilegio que no todas las personas transgénero pueden permitirse, y la erosión de las protecciones terminará afectando el acceso de todos a la atención».
Destacó el papel de la administración de Biden en el fortalecimiento de las protecciones contra la discriminación, pero sigue siendo incierta sobre cómo se desarrollarán estos cambios en los tribunales.
La amenaza al cuidado de Afirmación de Género
El Dr. Ilan H. Meyer, Profesor Distinguido de Política Pública en el Williams Institute, abordó los efectos de estos decretos ejecutivos, especialmente en lo que respecta al cuidado de afirmación de género. Este cuidado incluye tratamientos hormonales y cirugías, y no solo es importante para las personas transgénero, sino también para las personas cisgénero e intersexuales.
Si bien los decretos de Trump han prohibido este tipo de atención para personas menores de 19 años, es crucial entender que estos tratamientos son médicamente necesarios y mejoran el bienestar de quienes los requieren.
El Dr. Meyer destacó que las personas transgénero enfrentan una violencia, discriminación y disparidades en salud aumentadas debido al ambiente político hostil. Su investigación muestra que las personas transgénero tienen cinco veces más probabilidades de experimentar violencia que sus contrapartes cisgénero, con riesgos aún mayores para los individuos LGBTQ afroamericanos e hispanos. El trauma causado por estas formas de discriminación puede generar problemas de salud mental significativos, como depresión, ideación suicida e intentos de suicidio.
El clima político y el cambio cultural
Peter Sherman, un participante en la discusión, planteó un punto crucial sobre el papel de la cultura en la formación de políticas, señalando que gran parte del progreso en los EE. UU. en los derechos LGBTQ ha sido impulsado por el cambio cultural más que por las políticas. A medida que las actitudes hacia los derechos LGBTQ evolucionan, el ambiente político y la retórica de figuras como Trump pueden fomentar el progreso o retroceder estos avances.
Los panelistas, incluidos Sailor y el Dr. Meyer, coincidieron en que, si bien el panorama legal y político es profundamente preocupante, la lucha por los derechos de las personas transgénero debe continuar a través del cambio cultural y el activismo.
La lucha legal y el futuro
Una de las preocupaciones más urgentes planteadas fue el impacto potencial de estos decretos ejecutivos en los casos legales que involucren a personas transgénero, en particular los crímenes de odio y el servicio militar. El Dr. Meyer señaló que las personas transgénero en el ejército han enfrentado discriminación y oposición durante mucho tiempo, a pesar de su capacidad demostrada para servir con distinción. Los decretos ejecutivos podrían agravar estos desafíos, y se espera que los juicios jueguen un papel clave en determinar el futuro de los derechos transgénero bajo la ley.
Los panelistas concluyeron enfatizando la necesidad de continuar con la defensa y la creación de espacios seguros para las personas transgénero en un clima que busca borrar su existencia. A medida que evoluciona el panorama político, la pregunta sigue siendo: ¿cómo pueden las personas transgénero y sus aliados trabajar juntos para proteger sus derechos y garantizar una sociedad más inclusiva en el futuro?