Qué sabemos sobre las temperaturas extremas registradas en Estados Unidos y su impacto en la salud
Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas: En algunos lugares de Estados Unidos, como el Parque Nacional del Valle de la Muerte, en California; o Phoenix, en Arizona, se han alcanzado temperaturas extremas en las últimas semanas. El calor extremo impide descansar por la noche, agrava enfermedades preexistentes y produce golpes de calor, aumentando la mortalidad. El calor nocturno constante perjudica más la salud que las temperaturas máximas diurnas, según la Organización Meteorológica Mundial
La Tierra ha sufrido este año el junio más cálido desde que hay registros -en los últimos 174 años-, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica. En algunos lugares de Estados Unidos, se han registrado en las últimas semanas temperaturas que superan los 120 grados Fahrenheit o los 50 grados Celsius. Te explicamos lo que sabemos al respecto y por qué este calor extremo puede tener un impacto negativo en la salud.
Algunos lugares de Estados Unidos alcanzan temperaturas extremas
Este año, el domingo 16 de julio, se alcanzaron los 128 grados Fahrenheit -53.3 grados Celsius- en el Parque Nacional del Valle de la Muerte (California), según reporta el Servicio Nacional de Meteorología y recogen varios medios.
Como afirma el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos, el conocido como Valle de la Muerte “es famoso por ser el lugar más cálido del mundo y el lugar más seco de América del Norte”.
De hecho, el récord de temperatura más alto jamás registrado ocurrió en este valle el 10 de julio de 1913, según la Organización Meteorológica Mundial. Ese día las temperaturas alcanzaron los 134 grados Fahrenheit -57 grados Celsius-.
La Organización Meteorológica Mundial indica que “examinará cualquier posible nuevo récord de temperatura a medida que las intensas olas de calor se apoderen del sur de EE. UU., el Mediterráneo, el norte de África, Oriente Medio y algunos países de Asia, incluida China”.
Por otro lado, Phoenix alcanzó el 19 de julio de 2023 los 119 grados Fahrenheit -48.3 grados Celsius-. Se trata de la temperatura más alta detectada en la ciudad y no se registraba desde 2017, según el Servicio Nacional de Meteorología.
A ello se suma que Phoenix ha sido testigo “de una increíble racha de 31 días con temperaturas diurnas superiores a 110 grados Fahrenheit -43,3 grados Celsius- y temperaturas nocturnas peligrosas”, según anunció en Twitter la Organización Meteorológica Mundial el 31 de julio de 2023. “A nivel mundial, julio será el mes más cálido registrado”, añadió.
Además, la temperatura del mar en Florida alcanzó el martes 25 de julio los 101.1 grados Fahrenheit –38.3 grados Celsius-, un posible récord mundial para las temperaturas de la superficie del mar y una clara indicación de la brutal ola de calor marino, como indica el periódico The New York Times.
Que en las últimas décadas se ha producido una subida generalizada de las temperaturas en el planeta es un hecho. En Factchequeado te hemos explicado por qué sí es cierto el cambio climático y por qué no debes creer en algunas narrativas de los negacionistas. También te hemos contado cómo las olas de calor afectan la salud de los jornaleros y dañan los cultivos
Por encima de 40 ºC, nuestro cerebro no funciona igual
Los seres humanos podemos mantener nuestra temperatura corporal a unos 98.6 grados Fahrenheit o 37 grados Celsius gracias a una región del cerebro llamada hipotálamo. El investigador sobre neurociencia José Morales García explicaba en The Conversation que, cuando nuestro cuerpo llega a los 40 ºC, el hipotálamo se ve obligado a trabajar en exceso, dejando en un segundo plano otras funciones vitales. Así, la atención se ralentiza, los impulsos nerviosos entre las neuronas tardan más en propagarse, haciéndonos más lentos. El hipotálamo también descuida los ciclos de sueño y vigilia, impidiendo nuestro descanso.
Además, con el calor las proteínas pierden su estructura, “se derriten”, lo cual afecta a las neuronas. Un tipo específico de neuronas son especialmente sensibles: las células de Purkinje, que se encuentran en el cerebelo y son responsables de la función motora (por eso, cuando sufrimos un golpe de calor, se debilitan mucho nuestra coordinación y el equilibrio). Si el calor, además, nos deshidrata, podemos sufrir alteraciones como pérdida de memoria a corto plazo, la somnolencia o fatiga muscular, cuenta el científico.
El calor nocturno constante perjudica más la salud que las temperaturas máximas diurnas, según la Organización Meteorológica Mundial
El 18 de julio de 2023, en una rueda de prensa para informar sobre la sucesión de récords de temperaturas en todo el mundo, el asesor de la Organización Meteorológica Mundial sobre calor extremo, John Nairn, dijo que «mientras la mayoría de la atención se centra en las temperaturas máximas diurnas, son las temperaturas nocturnas las que conllevan mayor riesgo para la salud, especialmente en personas vulnerables».
“En muchos lugares donde la temperatura máxima diaria excede con mucho los 40 ºC, la temperatura nocturna puede seguir rondando los 40 ºC a medianoche. En estas circunstancias, las temperaturas mínimas son más importantes para la salud y para que fallen las infraestructuras críticas que sirven de apoyo a estas personas durante las olas de calor extremo. Así que la exposición continua a altas temperaturas nocturnas es particularmente peligrosa para la salud humana porque el cuerpo es incapaz de recuperarse del calor permanente. Esto lleva a más casos de infarto y muerte, y no son las únicas enfermedades que hemos observado, pero sí las más destacables», continuaba Nairn.
Tras un día caluroso, “es muy importante que las personas tengan la oportunidad de bajar la temperatura corporal”. “Cuando hace mucho calor de noche, no tienes ese alivio y añade estrés fisiológico en nuestro cuerpo”, contaba a The New York Times Kristie Ebi, científica de la salud ambiental de la Universidad de Washington.
Como explican varios expertos en Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, la temperatura máxima ideal para dormir es de 22ºC. Hidratarse, cenar ligero y una habitación fresca son algunos trucos para intentar descansar mejor en verano.
El efecto en la salud de olas de calor persistentes
El cambio climático aumenta la intensidad, frecuencia y duración de las olas de calor, como te hemos explicado en Factchequeado. Una mayor exposición temporal a temperaturas extraordinariamente elevadas supone un perjuicio a la salud.
En Estados Unidos mueren aproximadamente 618 personas cada año a causa del calor extremo, según los CDC, organismo encargado del control de enfermedades. Una investigación publicada en 2011 con datos de Estados Unidos indicó que, por cada día más de duración, aumenta un 0,38% el riesgo de mortalidad por ola de calor.
No obstante, un estudio publicado en 2017 en Environmental Health Perspectives no encontró un aumento en la mortalidad si las olas de calor eran duraderas como sí lo vio por una mayor intensidad tras analizar datos de olas de calor y mortalidad en 18 países y regiones. Otro análisis del año 2016 apunta en la misma dirección: la intensidad es más importante que la duración en las muertes relacionadas con las olas de calor.
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