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El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ordenó la distribución de 500 millones de pruebas gratuitas de COVID-19 para los hogares estadounidenses, además, enviará al ejército para reforzar los hospitales desbordados por el avance de la variante ómicron.
Esto ocurre un días después de que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dijeran que la cepa ómicron es ahora responsable de la mayoría de los nuevos casos en los Estados Unidos.
La advertencia se mantiene para los no vacunados, de acuerdo con un alto funcionario de la administración Biden, quien planea emitir un comunicado sobre el riesgo de contraer una enfermedad grave o de morir si no se aplican las dosis.
La vicepresidenta Kamala Harris admitió a Los Angeles Times que la nueva variante del virus sorprendió a los estadounidenses. No obstante, la estrategia de Biden sigue siendo fomentar la vacunación y no el confinamiento.
Fuente: Bloomberg